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Nadie está a salvo en 'El Conquistador del Pacífico'. Fue pisar la playa y comenzar los sacrificios. La edición de este año arrancó con la adrenalina a tope y uno de los desembarcos más espectaculares de su historia. Avionetas, helicópteros, lanchas y la exótica ... tribu Emberá convirtieron el inicio en un auténtico espectáculo desde el primer minuto. No hay tregua. La primera prueba estaba en juego, lo que ignoraban es que el reto ya había comenzado antes incluso del estreno oficial del desafio. Y es que la organización, perspicaces como ellos solos, habían elegido a Etxaniz y Arantxa, por parte del equipo verde; Asier y Leire, representando a los rojos; y Andoni y Pili, encarnando a los azules; para que escucharan atentamente la explicación de Julian Iantzi y pudieran luego dirigir a sus compañeros en la playa. Se trataba de nadar hasta la orilla, desenterrar y arrastrar un cañón de más de 300 kilos sumergido bajo el agua y luego detonar su carga explosiva.
Escuchar a Iantzi decir aquello de «eso lo he oído muchas veces y mucho lirili y poco lerele» fue como el pistoletazo de salida de una nueva edición. ¡Y lo que quedaba por ver! Porque al presentador le tocó de nuevo tirar de coraje y regañar a los azules que arrojaron la toalla antes de tiempo. Pero vayamos por partes. Ibon, el amigo de Gotzon, concursante de la pasada edición, empezó mareándose y vomitando antes incluso de comerzar la prueba. A pesar de ello, los rojos salieron con brío y fueron los primeros en alcanzar la orilla, aunque luego se atascaron a la hora de montar el cañón. Los verdes abordaron el lance con bravura y más habilmente que sus contrincantes. Y es que no solo mandaba la fuerza, la destreza fue vital, sobre todo a la hora de armar y trasladar la pesada pieza. Y los azules… Los Angoso están desconectados, y con Pili al mando ¡para qué las prisas! La cántabra es insufrible y acabó desesperando a los suyos. Tan dispersos estaban que finalizaron rindiéndose antes de tiempo y llevándose una merecida bronca del conductor del programa.
Así las cosas, los verdes lograron el campamento rico, los colorados se quedaron con el pobre y a los azules les tocó el paupérrimo. Y aún no saben quiénes van a ser sus capitanes. El público ya conoce a Eneko, que en la gala de la semana pasada partió para Panamá, pero se ignora quiénes pueden ser los otros dos. Con las dudas por delante, los verdes -en su rinconcito playero, bien cenados y cuidados- especulaban con la posibilidad de que Krasi, el búlgaro que ya participó en el reality el año pasado, bien podría ser su líder oculto. A los rojos les preocupaba más cómo iban a pasar la noche y los azules, entre disputa y disputa, iban pasando el rato. Los follones estaban servidos y Pili era el centro de todos ellos. La mujer quiso lanzar balones fuera y llegó a culpar a Andoni del desastre ocurrido, pero compañeros como Gazte o Luisito se enfrentaron a ella sin paliativos. Y el que parecía que iba a ser el descubrimiento de este año y da la sensación de que se va a quedar en un bluff es Iñaki, el australiano que ha dado clases de submarinismo a Elsa Pataki y va de Cocodrilo Dundee. O los azules se organizan o tienen los días contados.
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