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julián alía
Lunes, 13 de enero 2020
Antonio es un mecánico de Valencia normal y corriente, y son los acontecimientos que va a ir viviendo los que le fortalecen de alguna manera», comenta Daniel Grao (Sabadell, Barcelona, 43 años). El actor catalán es el protagonista de 'Perdida', la serie que estrena esta ... noche, a partir de las 22.40 horas, Antena 3. El 'thriller' narra el viaje a Colombia de un hombre que, «de una forma casi kamikaze, en busca de cualquier pista que pueda acercarle a su hija desaparecida, se mete en una cárcel con la que está relacionada», en palabras del propio Grao.
- ¿Cómo ha influido rodar la serie en Colombia?
- Yo creo que ha ayudado mucho el hecho de trasladarme cuatro meses a un país que no conocía. Se establece cierto paralelismo entre lo que le pasa a mi personaje y lo que vivía yo al estar fuera de mi zona de confort y mi casa, en un sitio desconocido. Las localizaciones y los extras también ayudaban mucho a acercarme al personaje. A nivel personal, tiene sus dificultades. Pero, de cara al trabajo, yo creo que ayuda mucho, porque estás realmente en el lugar en el que se está contando la historia. Y luego hay una especie de plus de concentración, ya que no tienes una vida aparte. Estás todo el rato con los compañeros y no dejas de hablar del trabajo, de las secuencias, de los personajes… En ningún momento te sales de la historia.
- ¿Se imagina cómo hubiese sido el resultado de no haber ido allí?
- Había que ir sí o sí a rodar allí. Una cosa que me impresionó mucho fue lo profesionalizada que estaba la figuración, aparte del aspecto, que ayudaba mucho a creerme esa prisión. Más adelante suceden muchas cosas, hay un motín… Realmente, esta gente se metía en la piel como el que más.
- Este año se ha hartado de rodar fuera de España.
- Sí. Ha sido un año especial en ese sentido. Yo había trabajado casi siempre aquí, durmiendo en mi casa cada noche, y este año se juntó Túnez ('Promesas de arena', La 1 de TVE), Colombia ('Perdida', Antena 3), Uruguay (la película 'El año de la furia')… Y las propuestas que tuve y no pude hacer también eran de fuera. Ha sido un año viajero, sí.
- ¿Intenta aprovechar esos viajes más allá del trabajo?
- Lo intento, lo intento, sí. Este fue un rodaje muy intenso, pero tuve como dos pequeños paréntesis en los que me pude mover un poquito más allá de Bogotá para conocer otras ciudades. Además, esa combinación a mí me encanta: la de conocer un sitio nuevo trabajando, porque al final conoces gente de allí y estás más dentro de ese lugar y su cultura que si vas de turista.
- Ahora está rodando 'HIT' para TVE. ¿Cuándo descansa?
- Uf… Nunca. Y tengo dos hijos (risas). La verdad es que llevo una racha intensita, pero es que soy un poco adicto a mi trabajo. Lo disfruto tanto que me cuesta parar; si hay proyectos que me interesan y me estimulan, no puedo.
- ¿Teme que la gente se canse de verlo continuamente en pantalla?
- Intento hacer cosas muy diferentes. De hecho, es un poco mi obsesión: que en el siguiente trabajo mi personaje se parezca lo menos posible, incluso físicamente, al anterior, y hacer un bueno, un malo… En fin, energías muy distintas y registros diferentes para huir del encasillamiento y de la saturación.
- ¿Cómo le gustaría que fuese el siguiente papel?
- Tengo pendiente la comedia. En 'HIT', aunque el personaje es irreverente, tiene cierto gamberrismo y a veces toca el humor, no es una comedia. Me encantaría hacer una a lo Daniel Sánchez Arévalo.
- Los capítulos de 'Perdida' duran 50 minutos. ¿Cuál es su formato preferido?
- Filmando me da un poco igual, porque ruedas escena a escena y no piensas ni siquiera a qué capítulo pertenece. Eso es una cuestión más de producción. Y como espectador, en general, agradezco un formato un poco más corto. En el de setenta minutos a veces notabas que había tramas destiladas que respondían más a una cuestión de rellenar el horario de 'prime time' que a necesidades de la propia ficción. De todas formas, y en teatro también me pasa igual, si se necesita realmente y se mantiene al espectador en vilo, bienvenido sea también todo ese tiempo. Yo creo que la propia historia te habla de la necesidad de tiempo en la que tiene que ser contada. No es que haya una fórmula mejor que otra, pero lo que no tiene sentido es alargar la duración por rellenar un espacio.
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