Del biquini florido de la Pedroche al abullonado conjunto de Igartiburu

Llegado el momento, la comunicadora apartó la tela y dejó ver su propuesta, un diseño de Tot-Hom compuesto por dos piezas, tipo biquini, con grandes flores en tonos verdes y rosas, y una sobrefalda transparente llena de brillos. «Me siento como una hada del bosque», exclamaba Pedroche ante un admirado Alberto Chicote, que lució un clásico esmoquin entallado que resaltaba su nueva figura. Y es que el chef ha adelgazado una barbaridad de kilos y eso se nota.

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«Esto es magia», brindaba la mujer, que se cambió de atuendo para el segundo asalto. Y es que este año las campanadas tenían segunda parte. A la una de la madrugada, la pareja regresó -acompañados esta vez por el actor Brays Efe- para acompañar a los canarios en su hora natural. En esta ocasión, Cristina se soltó el pelo y optó por un estilo completamente distinto, con un vestido en tonos verdes, con mucha pedrería imitando escamas y escote asimétrico con aberturas a los lados. Esta vez el diseño era canario.

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Buscando el cambio y la vuelta de tuerca, Mediaset optó este año por alejarse de la Puerta del Sol y dejarse caer por Sant Llorenç. Se trataba de un homenaje a las víctimas de las inundaciones del Llevant del pasado mes de octubre que reunió en la Plaza Nueva del pueblo a unas tres mil personas. Lara Álvarez y Jesús Calleja llevaron las riendas del comedido espectáculo. Ella lució tipazo con un esmoquin de Juan Avellaneda en tonos lilas, mientras él recordaba el 'look' de Emilio Aragón en 'Vip Noche' con traje, pajarita y zapatillas.

La fiesta estuvo poblada de varias y emotivas sorpresas, con los testimonios de numerosos vecinos y vecinas del lugar contando cómo capearon la tragedia y transmitiendo un anuncio de esperanza y ánimo. El momento más ñoño fue cuando Calleja recibió un vídeo inesperado en el que sus familiares más cercanos le enviaban mensajes muy cariñosos. «De lo más bonito que me ha pasado en la vida humana», dijo el aventurero, que acabó llorando emocionado. La cita llegó a su fin con un romantico beso entre la pareja de presentadores.

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Para qué arriesgar si lo de siempre funciona. Anne Igartiburu lleva 16 años dando las campanadas y siempre demuestra estilo, clase y empatía con el espectador. Esta vez le acompañaba Roberto Leal, que trataba de mantener el racord insinuando que se había escapado del programa especial que presentaba con Elena Sánchez y al que tenía que volver rápidamente una vez acabadas las uvas. Que nadie se engañe que el show lleva días grabado, había que mantener el tipo y punto.

Anne, guapísima, apostó por el rojo, color que le ha acompañado en más de una ocasión, con un vestido ceñido adornado con una llamativa manga abullonada con pliegues del mismo color. Lorenzo Caprile era el autor del atuendo, cuya original manga llamaba la atención, aunque parecía no otorgarle demasiada comodidad a la presentadora. Leal, por su parte, acudió al encuentro con un esmoquin oscuro de cuellos aterciopelados.

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¡Ojo a los de La Sexta que pueden dar la campanada alternativa! Conscientes de que el jaleo estaba en el balcón de al lado, Iñaki López y Cristina Pardo no esconden el saberse segundo plato y bromean con la pasión del respetable por su compañera Pedroche. Y quizá ese desparpajo, el desenfado y la falta de complejos con el que se enfrentan a las cámaras por segundo año consecutivo hagan que el público se fije en ese descaro que convierte esta retransmisión en la más divertida de todas.

El vasco llevaba esmoquin tradicional con pajarita azul y la navarra, un original vestido oscuro de dos piezas con falda de tul y una espectacular chaqueta con aires rockeros que le sentaba de miedo. Apoyándoles, y siguiendo su estela jocosa, vídeos de los compañeros de 'El chiringuito', críticas de Ferrán Monegal y mensajes de las pijas de 'Zapeando'. En definitiva, un divertimento al que no hay que quitar ojo.