El último capítulo de 'El conquistador del fin del mundo' fue muy tenso. Amenazas de boicot y un motín de rojos y verdes generaron momentos muy desagradables, sobre todo para la organización de un programa que destaca por el esfuerzo continuo que realiza, en condiciones ... muy complejas, para rematar una producción que aboga por el entretenimiento. Y en el debate del miércoles, Patxi Alonso aprovechó la presencia de Iagoba, que abandonó la aventura por una lesión, para abordar el tema. «Los ingleses dicen que las opiniones son libres, pero los hechos son sagrados. Y los hechos de esto solo los sabe el programa. Y el programa no monta el juego de fardos para que pierdan los rojos. Y te voy a decir más, y Lur (Errekondo) lo sabe porque pasamos un mal día porque a nadie le gusta que le insulten. Me acuerdo mucho de Julian (Iantzi) y le mando un beso. Yo le dije a Lur: ¡Ojalá que ganen los rojos! Porque veníamos del rafting, que fue insoportable. Teníamos un duelo a la tarde que no se grabó y no se emitió porque tuvimos un pequeño motín a bordo. Tuvimos un motín de gente que quería cargarse 'El Conquis'. Gente que nosotros hemos llevado allí y que querían cargarse el programa», comentaba el presentador con gesto serio.
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El comunicador no quería dejarse nada en el tintero. «Nosotros cometemos muchos errores. Yo no sé si el viento movió el banderín. No tengo ni puñetera idea, porque lo hablamos luego con el jefe de juegos. Estábamos en unas circunstancias allí… Con un viento en la cordillera de Los Andes… Es que la gente se cree que 'El Conquis' se hace en una pista de atletismo 'indoor' en Estocolmo a 23,5 grados. ¡Que no, coño, que esto es 'El Conquis'! Que hemos estado en el Aconcagua, en las cataratas de Iguazú… Pero, ¿qué se creen, que nosotros podemos llegar al faro de Ushuaia un martes por la mañana, doscientas personas de Euskadi, y decirles: Aupa chavales, que vamos a grabar? No, eso se va un día, hay unos permisos, se ha organizado con el ministerio, se ha organizado con Turismo de Argentina, cuesta un dinero, unas conversaciones y una negociación. Y hay que cumplir un calendario. Los más interesados en que eso fuera bien éramos nosotros. Si lo hicimos mal, perdón. Hacemos lo que podemos. Es un equipo que se deja la vida para que lo disfrutéis en casa», declaraba Alonso.
El reivindicativo (y honesto) discurso del comunicador tenía más aristas. «Yo me reuní con los capitanes, con David Seco y con Locuras, cuando teníais el programa parado, para explicarles. Parece mentira que gente que ha estado trabajando con nosotros codo con codo, no entienda que esto no era el motín del Caine», reflexionaba. Y no esquivaba nada. «Yo metí una cagada, porque tenía tantas ganas de que ganarais para perderos de vista un rato, que cuando teníais la pirámide que era un churro, dije: ¡Rojos! Y me dice el director del programa: ¡Cuidado! Y le digo: ¡No me jodas! Esto es así», exponía sincero. Y remataba. «Cómo me va a parecer mal que se quejen en una competición, a mil pulsaciones, gente que está al límite de alimentación y de todo. Si nosotros mismos los llevamos al límite. Lo que no entiendo, y nunca lo entenderé, es a la gente que está disfrutando de ese momento para putear al programa. Y cuando lleguemos a ese río cruzaremos ese puente», zanjaba.
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