Las 'frikadas' de Óscar Casas, al descubierto en 'El Hormiguero'

«Tengo varias 'frikadas' tuyas», advertía el colaborador a su invitado, amante de los dibujos animados japoneses. «Soy un friki de los anime. A Naruto y a Goku los tengo tatuados», descubría. Lo que no quiso es mostrarlos a cámara, «están en una zona rara», explicó entre risas. Fue entonces cuando Motos enseñó una imagen de un tatuaje que el joven luce en la planta de uno de sus pies. 'Made in Spain' se ha escrito allí abajo. «Me dolió una barbaridad», confesaba. Aunque para peculiares, algunas de sus fans. Hay una que le escribe todos los días. «Desde hace cuatro años me dice cada día a ver si me gustan las cabras. No sé qué pretende. No he contestado por si acaso. Me daría un poco de miedo conocerla», aseguró.

Noticia Relacionada

'El Hormiguero', al borde de la tragedia: «Nos hemos acojonado»

Joseba fiestras

A su admirador más original, y un tanto molesto, lo conoció en Valencia. «Me daba collejas. Me pilló por sorpresa. Había mucha gente y al salir del set, era la época Covid y no podíamos sacarnos fotos, pasamos rápido para ir al coche, y de pronto empecé a sentir 'collejones'. Da rabia», comentaba. El intérprete trabaja a destajo cada uno de sus papeles y su hermano siempre está dispuesto a echarle una mano. «Mario me ayuda a preparar mis personajes. Creamos cosas en casa y luego funcionan muy bien en la película», contaba. Y no es el único familiar que influye en su carrera. «Si mi madre dice que no hay que hacer una película, no se hace. Tiene como un sexto sentido, lee muy bien y sabe captar muy bien los guiones. Y si dice que no, ni se pregunta», sostenía.

Óscar sigue viviendo en casa de sus padres. «Hago mi cama siempre, es lo primero que hay que hacer en el día», revelaba, aunque daba una de cal y otra de arena. «Lo que no se me da bien planchar», asumía. Y claro, vivir con los progenitores tiene pros y contras. «A mi casa no se traen chicas», apuntaba. Motos se interesó entonces por saber qué hacía si ligaba. «Tenemos un piso en Madrid», se le escapó al actor. Consciente de su lapsus, apostilló. «Se ha entendido mal. Nosotros vivimos en la Sierra, y tenemos un piso en Madrid…», argumentaba. Lo quiso arreglar, pero no. También afirmó que suele acudir a retiros espirituales. «Voy a uno en el que meditas seis horas al día. Lees, estás tranquilo en la naturaleza… Es un lugar para desconectar. Aprendes a parar», contaba.