Omar Montes sentencia: «Me he hartado del reguetón»

«Quiero hacer himnos que se estudien en los colegios dentro de veinte años. Al final, ya he estado dos años rompiéndolo en lo que son ventas digitales. Ya no tengo nada que demostrar, ahora quiero hacer lo que me gusta: flamenco. Y quiero mezclarlo con otras cosas. Y dejar el reguetón apartado hasta nueva orden», insistía el entrevistado que volvía a la guasa para explicarse. «Si en el colegio me estudiasen a mí en lugar de matemáticas habrían visto la forma de buscarse la vida y conseguir salir de un barrio marginal rodeado de muchas cosas malas y conseguir que tú y tu familia vivan bien», afirmaba.

«He hecho menos cosas ilegales de las que me gustaría», aseguraba Omar sonriendo con picardía. Y apostillaba: «Siempre he sido buena gente, pero quien me busca sabe dónde encontrarme». En cuanto a su fuente de inspiración, el músico garantizaba que sus canciones no surgen de rupturas amorosas. «Cuando te deja una chica lo último de lo que tienes ganas es de componer. Te quedas triste, sin ducharte durante una semana», comentaba jocoso. Y se definía en ese aspecto: «Soy y no soy enamoradizo. Me cuesta enamorarme, pero cuando lo hago ya lo estoy hasta los restos».

Solidario con su gente, Montes también saca su gusto por los caprichos de vez en cuando. «Soy muy sibarita. En mi camerino siempre tiene que haber doce conguitos blancos. No es que apasionen, pero sé que si los han conseguido es porque me aprecian. Son doce y ni los toco, pero si están lo doy todo en el concierto y si hay que cantar más canciones, las canto», contaba.

Motos se interesó también por una nueva faceta del invitado. «Ya soy actor. Salgo en la peli de Santiago Segura, en 'Padre no hay más que uno 3'. Ahí tengo yo mi papel», presumía. «¿Y tendrías posibilidad de un Goya?», dijo el presentador con sorna. Omar no se amilanó. «¡Hombre!, ¿no lo ganó Mario Casas?», atizó. Está claro que al fenómeno no le asustan las cámaras y tampoco recordar de dónde viene. «De chico vendía pastillas de Avecrem como si fuese hachís. Y era menos perjudicial, les estaba haciendo un favor porque las drogas son malas. Pero a la que se daban cuenta me querían dar», recordaba.

Los collares de oro y el exceso de joyas acompañan la imagen del cantante, que sostiene que todo lo que porta en sus vídeos es auténtico. Y de dinero también se habló. «He comprado una villa grande para toda mi familia. Con todos los lujos. Pero yo sigo en Pan Bendito con el gotelé», confesó afirmando que vive en su barrio de lunes a viernes y aprovecha el fin de semana para «darme un bañito». ¿Y quién administra su fortuna? La respuesta fue impactante. «Hasta hace poco mi gestora era mi abuela, pero dice que ya no tiene tiempo. Ahora me la hace un gitano tratante, el tío Mauricio. Me inspira confianza», aseveró.