Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Quedan pocos y la competitividad es extrema. Los aspirantes que llegaron a la semifinal de 'Masterchef celebrity' estaban con los nervios a flor de piel y se notaba (a unos más que a otros). El 'talent show' fomenta el compañerismo y, sobre todo, la ... pasión por la gastronomía, pero también alimenta la rivalidad y la destreza de cada uno de ellos para llegar al final. No olvidemos que solo puede quedar uno. Paz Vega, Mario Vaquerizo, Boris Izaguirre, Antonia Dell'Ate y Ona Carbonell formaban el repóker de ases que se jugaba los cuartos entre cazos y sartenes y, pese a su camaradería, la lucha conlleva tirar para adelante sin pensar en los daños colaterales. Y si no que se lo digan a Santiago Segura, que a pesar de haber sido expulsado la semana pasada, regresó al programa para demostrar que podía hacer las esferas de chocolate blanco que causaron su despido, ¡Y vaya si lo logró! «Eres tan cabezón que has conseguido estar en la semifinal», bromeó Pepe Rodríguez. «De paseo, pero sí», respondió el cineasta sonriente.
El rabo de toro fue el protagonista del primer reto. A estas alturas de la película no valía con un guiso aparente, los concursantes debían utilizar técnicas de alta cocina para elaborar sus recetas. Juan Mari Arzak fue su inspiración y quienes les evaluaron íntimamente fueron amigos y familiares como Lucía Bosé, Alaska, los hijos mayores de Paz Vega o Rubén, el marido de Boris, entre otros. Naturalmente, entre cata y cata hubo espacio para la emotividad. Antonia Dell'Ate fue la más votada.
La prueba de exteriores se llevó a cabo en el tren Al Andalus, uno de los ferrocarriles turísticos más lujosos del mundo. Y así, sobre ruedas y en espacios reducidos, los aspirantes compitieron en un único equipo y debían decidir si lo hacían con o sin capitán. Escogieron que Antonia les liderara y juntos debían enfrentarse a un menú que no era moco de pavo. Diseñado por el chef Dani García, treinta de los mejores chefs de Andalucía fueron los encargados de degustarlo. Y los exigentes comensales se quedaron gratamente impresionados del nivel tan alto que tenían los semifinalistas. «Habeis hecho un gran trabajo», aplaudió el jurado, que premiaron a Ona Carbonell nombrándola primera finalista, «por tu autonomía, constancia y entereza», valoraron.
Finalmente, la prueba de eliminación se realizaba en pareja. Paz, Mario, Boris y Antonia eran los contrincantes. Uno de ellos tenía que escoger una campana que escondía el ingrediente a cocinar, y luego elegir a un compañero al que retar. El ganador del duelo se salvaba y el perdedor tenía que volver a escoger un nuevo competidor. Joan Roca, del restaurante Celler de Can Roca, fue el invitado especial de la velada. Ona decidió que fuera Mario quien comenzara y éste retó a Boris. La pareja debía elaborar un bogavante en ravioli de salsa de cóctel y el venezolano perdió los nervios ante el desafío. Enfadado con los pesos (no lograba controlar la báscula) llegó a tirar la toalla. «Me desmorono por dentro», reflexionó el escritor, que perdió el duelo y pidió perdón por la «rabieta». Después le tocó competir contra Antonia. Una angulas a la donostiarra eran la receta a seguir y, de nuevo, Boris claudicó. La última oportunidad la tenía contra Paz Vega y tampoco llegó a superarla, quedándose así a las puertas de la final.
«Este programa me ha cambiado por dentro, soy mejor persona y ha sido como una rehabilitación», aseguró el de 'Crónicas marcianas' antes de despedirse emocionado de sus compañeros.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.