Claro que es cultura popular conocer a Mila Ximénez, sea uno seguidor de 'Sálvame' o no, de la misma manera que cualquiera tendría que saber estos días quién es Morata aunque no le interese el fútbol ni haya visto entero ningún partido de la Eurocopa. ... Simplemente por su capacidad para enfadar o entusiasmar al público y por la de debates que generan merecen ese reconocimiento.

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Hay una cosa que se llama conversación social y ambos la han protagonizado en innumerables ocasiones. En el caso de la periodista, fallecida esta semana, resulta casi imposible no haberse topado alguna vez con ella en los últimos años, porque era omnipresente en el universo de Telecinco. No solo en el magacín de las tardes, sino en toda la parrilla, porque como es habitual entre los integrantes de la plantilla de esta cadena, había participado en 'reality' como 'Supervivientes' o 'Gran Hermano VIP'. Precisamente de este último salió ese meme que todos hemos recibido alguna vez, en el que se la ve fuera de sí ante una tabla de planchar repitiendo «no para, no para, no para». Si no se lo han enviado nunca tal vez debería replantearse su agenda.

Al margen de todo eso Ximénez acaparó portadas de revistas por un matrimonio que no llegó a buen puerto, por sus ataques a folclóricas y por las polémicas con cualquiera que se le pusiera delante. Porque esa es una virtud que tienen todos los colaboradores de 'Sálvame', los de la verdad, los veteranos, no los que van y vienen, los que llevan años formando parte de ese maratoniano programa: su capacidad para trascender más allá de lo que hacen en un plató, su talento para resultar conocidos ante cualquier audiencia, su habilidad televisiva para atraer la atención aunque traten temas de lo más intrascendentes.

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