Decisión inédita de los jueces de Masterchef y el bilbaíno Adrián, en la cuerda floja

No todos los días son iguales en la cocina y ayer se demostró que ganar 'Masterchef' es una tarea realmente complicada. No vale con ser el mejor, también se debe rozar la perfección en cada prueba. Ayer, el bilbaíno Adrián, que tanto encandila a los jueces, estuvo en la cuerda floja hasta el final. Con delantal negro y jugándose la expulsión, el cocinero fue capaz de elaborar 'in extremis' unos tallarines perfectos que lograron convencer a los jueces. Salvado por la campana.

Adrián no fue el único en apuros. De hecho, los jueces volvieron a expulsar a dos concursantes a la vez: Patricia y Teresa abandonaron las cocinas de Masterchef. El de ayer fue el programa más loco que se recuerda. Por primera vez, los jueces decidieron cancelar una de las pruebas. Los aspirantes fueron incapaces de realizar correctamente un plato de huevos benedictinos con salmón ahumado, una quiche, un suflé de queso emmenthal y un flan de huevo. Fue precisamente en el postre cuando Adrián se vio obligado a vestir de negro y jugarse su futuro. El flan se le desmontaba cada vez que lo sacaba del horno.

La prueba final que determinaría la expulsión fue un ejemplo de la tensión que se vive en el programa. Los jueces pidieron a los concursantes nominados que se robasen los unos a los otros para elaborar una receta de pasta fresca. Y para complicarlo más, cuando quedaban 5 minutos, Pepe Rodríguez comunicó que debían preparar un nuevo plato y les otorgaba media hora más. El pánico se apoderó de todos. María Lo y David utilizaron su comodín para esquivar la expulsión. Adrián fue el único que logró una buena valoración de los jueces, mientras que Patricia, Teresa, Julia y Jokin se quedaron solos ante el peligro. Finalmente, las sacrificadas fueron las dos Patricia y Teresa.