El bilbaíno Adrián se estrena en Masterchef con una pedida de mano a su novia

La décima edición de Masterchef promete. Ayer se estrenó, por fin, con la elección de los 16 concursantes que lucharán por convertirse en artistas de los fogones. Todos quieren seguir el ejemplo de Carlos Maldonado, el ganador de la tercera edición del reality y primer concursante que aspira a una Estrella Michelín.

La cocina vasca estará muy bien representada en el programa. Serán tres los concursantes que luchen por traer el premio a Euskadi. Adrián, bilbaíno que trabaja de instalador de aire acondicionado, llegó a Masterchef por sorpresa. Es un adicto a la cocina y su novia y su suegra le apuntaron al casting. Él se enteró de que había sido seleccionado por carta. Se define como amante de la cocina tradicional y los platos de cuchara.

Fue el concursante que protagonizó el momento de la noche. Tras elaborar un gran plato de manitas de cerdo a la vizcaína, Adrián cumplió una de las promesas que tenía pendientes: pedirle matrimonio a Raquel, su novia. Ella asintió pero le dejó una misión: «Sin prisas, disfruta de MasterChef y a ganar». Y Adrián prometió comprarle el anillo cuando salga del programa.

Los otros dos representantes vascos vienen de Gipuzkoa. Jokin, financiero de Zumaia, emocionó a los jueces con su historia personal. Estudió empresariales pero rápidamente tuvo que entrar en la empresa de su padre para tratar de solventar una fuerte crisis económica de la que aún no se han recuperado. Además de la cocina, Jokin se define como amante de la pesca y la fiesta. El otro concursante llega de Irún. Giraldo es cubano , vive en la localidad guipuzcoana desde hace dos años y compagina la cocina con su profesión como jugador de waterpolo.

Aunque fuera de Euskadi también hay concursantes con historia. Masterchef hizo de las suyas e hizo reencontrarse a dos mujeres que habían sido pareja en el pasado. Para colmo, se presentaron a sus nuevas parejas en pleno programa y la dirección les ha asignado la tarea de compartir habitación. También es curiosa la historia de David, un madrileño de 38 años que confesó haber sufrido adicciones y haber sido actor porno. Ahora está arrepentido y quiere que su familia vea otra cara de él.

El primer programa de Masterchef tenía como misión un cocinado solidario para 240 personas. Un récord en el programa. El que mejor se desenvolvió fue Jokin, que a pesar de no ser capitán de su equipo, mostró dotes de liderazgo y ayudó a su líder a sacar el reto adelante. Como era de esperar, el programa se cobró su primera víctima. Berto, dependiente segoviano de 24 años, ya se quedó a las puertas de ser concursante el año pasado y ahora la experiencia ha sido muy breve.

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