El bilbaíno Adrián, el ojito derecho de Pepe Rodríguez en 'Masterchef'

Es instalador de aire acondicionado y llegó a 'Masterchef' por sorpresa, pero el bilbaíno Adrián ya es uno de los favoritos a ganar la décima edición del concurso. Ya el primer día dio muestras de su personalidad. Tras elaborar un gran plato de manitas de cerdo a la vizcaína, Adrián cumplió una de las promesas que tenía pendientes: pedirle matrimonio a Raquel, su novia.

Ayer, durante la tercera gala, Adrián estuvo en la cuerda floja. La prueba de exteriores había sido un desastre. Él formaba equipo con el otro concursante vasco, Jokin, Yannick , Claudia, Luismi y Vero. Todos capitaneados por Paula, a quien le quedó grande el puesto. La misión era cocinar en un ambiente gélido y dar de comer a 120 personas que luchan contra el cambio climático.

El cocinado fue un caos. La capitana derrumbada, tensión entre los compañeros, y el salmón por los suelos. Lo peor fue que Paula quiso recogerlo del hielo y se llevó la bronca del siglo. «No sirvo comida en mal estado a la gente», le dijo Pepe Rodríguez enfurecido.

El juez tuvo más mano con Adrián. Fue al único concursante del equipo que salvó de la quema. «Has estado voluntarioso y no la has pifiado». Antes de regresar al plató de 'Masterchef', Adrián se sinceró con Pepe sobre el momento más duro de su vida. «Me llamó mi madre y me dijo que mi padre se había matado con la moto. Me desmayé».

El bilbaíno no llegó a realizar la prueba de eliminación. Su buen papel en la nieve le otorgó el privilegio de salvarse a sí mismo o a un compañero, y ante la insistencia del resto, Adrián optó por salvarse él. La decisión inédita llegó minutos después cuando tras cumplir uno de los mayores retos de la historia de 'Masterchef', los jueces decidieron indultar a los nominados y no expulsar a nadie.

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