«En un momento empezamos, pero antes necesito saludar a un amigo», avisaba Pablo Motos nada más arrancar 'El Hormiguero'. El comunicador hablaba de Mario Vaquerizo, con el que realizó una conexión en directo desde el hospital. Antes, puso en antecedentes a la audiencia informando del accidente que sufrió el pasado 20 de octubre, cuando el músico se cayó del escenario. «Buenas noches, familia. Estoy bien y, gracias a Dios, estoy hablando con vosotros porque la caída pudo ser mortal. Me podía haber matado y algunos lo habrían agradecido. Me podía haber quedado tetrapléjico», explicaba Vaquerizo desde la cama de su habitación y con un collar ortopédico muy vistoso. «Estoy muy a gusto, aunque ha sido un susto muy grande, pero yo creo que tengo un ángel de la guarda que siempre me protege. Y muchos amigos que estáis pendientes. Las alegrías y la amistad siempre curan las heridas y es la mejor medicina que podemos tener», afirmaba.
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«Estoy en el Ramón y Cajal. Sabéis que me caí el sábado pasado por hacer el 'giratutto' (una plataforma giratoria). Es que yo soy un hombre del espectáculo. Lo que pasa es que esta vez solo duró una canción porque me caí en la primera. Lo sentí mucho por la gente que había allí porque se llevaron un gran susto», recordaba. Y pasaba a centrarse en sus dolencias. «Os veo, pero como si os viera en sistema braille porque me ha afectado mucho a la visión. De momento no tengo visión clara porque el traumatismo ha sido tan fuerte que me ha afectado a los dos ojos», comentaba. E iba más lejos: «Tengo fracturadas varias vértebras, también algunas lumbares y tengo el cuello a la virulé». Motos torcía el gesto. «¿Tienes para mucho tiempo?», preguntaba. «Las cosas de palacio van despacio. Tengo que tener mucha paciencia. Sorprendentemente, todo el equipo de auxiliares, enfermeras y doctores me dicen que soy muy buen paciente. La recuperación va a ser lenta», descubría.
«¿Cómo llevas lo del tabaco y la cerveza?», cuestionaba el presentador. «Nunca hay mal que por bien no venga. Vamos a ponerle humor. Este golpe me ha dejado peor de lo que estaba. No echo de menos la cerveza, no echo de menos el tabaco… De hecho, me pusieron parches de nicotina y yo les dije que tampoco era yo Tabacalera Española. Estoy preocupado porque no paro de comer. Estoy todo el día comiendo chocolate. A ver si en vez de ser la Nancy esbelta voy a ser la Nancy gordinflonita», ironizaba Vaquerizo que reconoce los efectos secundarios que le producen los corticoides. «No paro de hablar. Si tenía incontinencia verbal, ahora más. Vienen las enfermeras, y no callo. No sé si esto va a ser bueno para el resto de España», revelaba. Hay más. «¿Sabes lo que me pasa? Que parece que voy de colocón. Veo muchas cosas, como arreglos florales, helechos fosforescentes, dinosaurios chiquititos…», contaba entre risas. «No sé qué medicación te están poniendo…», ironizaba Motos. «Una muy buena. El dolor era tan fuerte en la parte del hombro que no podía ponerme de pie», replicaba el cantante.
«No me permito tener bajones, pero ayer tuve un día bastante flojo. Me preocupé por mi mujer. Alaska ahora es mi sexy enfermera», confesaba el de las Nancys Rubias asumiendo su estado de ánimo. Los santos que descansan en su mesilla le amparan. Lo que tiene claro es que no fue un insensato. «Si hubiera sido una imprudencia por mi parte, estaría muy cabreado, pero es que fue un accidente porque el 'giratutto' lo llevo siempre, giro más que un maricón en una feria. Estaba probado y comprobado, son accidentes que pasan», aseguraba.
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