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En 1990, David Lynch y Mark Frost subvirtieron el género del culebrón en 'Twin Peaks' y mostraron el lado oscuro de la América de césped impoluto. Inauguraron la televisión de autor.
'Mare of Easttown', cuyo primer capítulo está disponible en HBO, bebe de 'Twin ... Peaks' de la misma manera que antes lo hizo 'Picket Fences' o 'Doctor en Alaska'. Kate Winslet con camisas de cuadros da vida a la inspectora de policía de un pueblo de Pensilvania, el mismo estado en el que transcurría 'El cazador' de Michael Cimino. Todo huele a tristeza y sordidez, a derrota y pobreza de la América 'white trash'.
La protagonista simboliza uno de los grandes temas del cine y la literatura estadounidense: el fracaso del que pudo ser y no fue. Héroe en el instituto y perdedor de adulto. Aquella jugadora de baloncesto que hace 25 años metió una canasta de gloria hoy vive amargada cuidando de vecinos latosos en un villorrio en el que nunca pasa nada. O casi nada. La desaparición de una chica introduce un componente de turbiedad en la serie, cuyo primer capítulo termina con un cuerpo asesinado en el lecho de un río.
Tal como ocurría en 'Twin Peaks', quién mató a Laura Palmer es lo menos importante ante la captura de un estado de ánimo y el retrato de unos personajes de los que vamos conociendo sus traumas poco a poco.
Embarazos adolescentes, fracasos matrimoniales, acoso, paro y drogadicción son elementos de 'Mare of Easttown', que rebaja su melancolía con el personaje de un escritor que ha acabado en el pueblo (Guy Pearce). Un buen tipo que intenta sacar de su letargo a esta detective divorciada y abuela, digna colega de la Frances McDormand de 'Fargo'.
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