Mar Flores revela en 'El Hormiguero' su experiencia más tremenda: «Me causó un trauma intenso»

Cuando contactaron con Mar Flores para invitarle a 'El desafío', la maniquí no vio con buenos ojos la oferta, sobre todo por la prueba de la apnea. Y explicaba su temor. «Hacía submarinismo y tuve una muy mala experiencia debajo del agua. Meterme me creaba un trauma bastante intenso», arrancaba. Y detallaba lo que le aconteció. «Bajábamos en grupo y, al cruzar una cueva, se me enganchó el respirador y se me fue. Me puse muy nerviosa y me quedé sin aire. Fueron segundos, pero me pareció eterno y me dejó marcada», aseveraba.

Mar también tiene vértigo. «Me caí desde un telesilla que estaba a cinco metros de altura. Hubo un accidente, se descolgó el telesilla. Y tuve la suerte de que no me pasó nada, pero mis compañeras se rompieron la espalda, la pierna, la clavícula… Y ese momento de altura en 'El desafío' me aterrorizaba», confesaba.

Su compañera Chenoa tampoco tenía muy clara su participación en el formato. «Tengo muchas fobias: vértigo, claustrofobia… Sinceramente, creía que no iba a estar a la altura del programa», manifestaba la cantante. Fue Jorge Salvador el que le convenció. Y la lectura final ha sido muy positiva para ambas. «Es una lección de vida para los concursantes y también lo ha sido para mis hijos. Te preparas, te lo curras a tope y, de repente, te sale mal. Y mis hijos se preguntaban por qué. Pues porque la vida es así», comentaba optimista Flores. 

Una de los alicientes de 'El desafío' es los enfrentamientos con el jurado, encabezado por Juan del Val. Y los mosqueos son notables. «Yo no tengo filtro y se me nota todo en la cara. Y no me he enfadado mucho. Solamente me cabreé una vez, pero porque era un trabajo en equipo y no me estaban puntuando solo a mí. Cuando era individual no me enfadaba tanto», ironizaba Chenoa. Mar chocó con Santiago Segura. «Me puntuaba fatal y se lo dije. Es que es frustrante entrenar toda la semana y que no te valoren», argumentaba. «No había buena onda», reconocía Chenoa.

Navarro asumía que no le salieron bien muchos de los retos y aquello le afectaba realmente. «A mí me daba vergüenza cuando, en alguno de los programas, no me salía bien la prueba. Mis hijos, esos pobres chavales, estarán avergonzados porque su padre la pifió en el concurso», bromeaba para luego decir más en serio: «Lo bonito es pasar más allá de lo que tú sabes que puedes llegar. Superarte. Lo que ve el público es verdad. Se transmiten emociones únicas, transparentes y directas».