Manolo Lama rompe a llorar por su hija y el resto de trabajadores despedidos de 'El golazo de gol'

'El golazo de gol' emitió su último programa el pasado mes de julio, en plena Eurocopa, tras ocho años en la parrilla de Gol Play, el canal deportivo antes conocido como Gol TV. El informativo, que recogía las principales noticias del mundo del deporte, se emitía a las 15.00 horas y lo conducía Manolo Lama.

El popular narrador de partidos de fútbol, desde hace años en la Cope, llegó a la pequeña cadena en el año 2018, después de una salida abrupta de Mediaset tras el 'divorcio' de 'Los Manolos'. Era la cara y el alma del programa. No solo para la audiencia, también para el resto de periodistas y trabajadores que hacían posible 'El golazo de gol'.

Solo hay que ver cómo se produjo la despedida del programa. Lama cogió un avión desde Berlín a Madrid, en plena Eurocopa, para acudir al plató y presentar el último programa. Detrás de la cámara, sus compañeros no pudieron contener las lágrimas.

Aquellos gestos de tristeza no fueron visibles para los espectadores pero ahora es el propio Manolo Lama quien revela lo que sucedió aquel día en plató. Lo hace en el podcast de Alex Fidalgo, 'Lo que tú digas', y su confesión pone los pelos de punta: «Me dolía por mi gente, por mis compañeros que tuvieron el valor de irse a Cuatro (Mediaset), a un niño que nacía nuevo como éste que ha durado ocho años. Y también porque, aunque en pantalla no se vio, si tú supieras la de gente que vi llorar... Tíos hechos y derechos llorando. Para mí era duro verlos».

Lama cuenta durante casi tres minutos lo que supuso para parte de la redacción el fin del programa y le cuesta contener las lágrimas. «Tienen hijos, tienen hipotecas, tienen familia. Cada uno que me llama que me dice que se ha colocado... Hostias. Sigo peleando para intentar ayudarles. Es jodido. La profesión está muy jodida», reconoce.

Entre los trabajadores que formaban parte de 'El golazo de gol' se encuentra su propia hija. «Aguanté hasta el último segundo. Aguanté como un cabrón, como un perro. Luego me colocaron a mi hija. La pobre se me puso a llorar, estaba haciendo allí prácticas», recuerda. «Ella sabía de mi sufrimiento porque me lo percibía en casa. En cambio ella veía que yo llegaba a la tele y me vestía de 'Superman'».

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