Malcolm Treviño-Sitté: «San Francisco es Vallecas en los 90»

Treviño-Sitté (Guinea, 1981) cuenta con un amplísimo currículo que pasa por el Centro Dramático Nacional, series como 'El Chiringuito de Pepe' y 'Antidisturbios' y películas como 'Palmeras en la nieve' y 'El cuaderno de Sara'. Hoy rueda en Muxikebarri, el teatro de Getxo, escenas de la primera serie española protagonizada por un actor negro. En 2023, ahí es nada.

–Qué poco sabemos de Guinea Ecuatorial.

–¿Verdad? Es una lástima. Guinea conoce mucho de España y se sienten un poquito desamparados. Todavía hay mucha vinculación sentimental y emocional. El guineano sigue soñando con los grandes artistas españoles. Y cuando gana la Selección se celebra. La dejadez es por parte de España, no de Guinea.

–Junto al Sáhara Occidental, Guinea es el único país de África donde se sigue hablando castellano.

– Guinea fue colonia y provincia hace medio siglo. No hace tanto. Si tú vas al mercado te reciben hablando en castellano. Están rodeados de francófonos y anglófobos, pero mantienen el idioma.

–¿Cómo le dio por ser actor?

–Mi hermano Tete fue el primero que tuvo un videoclub en Malabo. Pero no era como los de aquí, no alquilabas las películas, sino que pagabas unos francos cefas y las veías en VHS en un televisor. Allí me empezó a fascinar el cine. También tengo unos primos hermanos que cantan bastante conocidos, Lion y Maica Sitté. Empecé a estudiar teatro y circo en el Centro Cultural Hispanoguineano.

–Y a los diez años se vino solo a España.

–Mi padre adoptivo trabajaba, así que viajé solo y la familia vino después. En el instituto daba teatro. Y había un actor negro que había visto en la tele, Emilio Buale. Me hizo clic en la cabeza y pensé que era el momento. Luego aparecieron Gorsy Edú, Jimmy Roca, Jimmy Castro, que fue el chaval de El Club Disney, Lia Chapman en 'Canguros', Vicenta Ndongo... Tenía referentes. Una vez hice pellas y fui a ver al teatro 'Tres sombreros de copa' y apareció un blanco pintado de negro. Me dolió tanto que pensé, tienes que salir y ser actor.

–Usted se define como afrovallecano.

–Me crié en Vallecas, aunque mi pueblo sea Ciempozuelos. Me siento afrovallecano, es un tecnicismo que quiero empezar a fomentar.

–No le ha ido nada mal, ha hecho mucho teatro y ha tenido continuidad en cine y televisión.

– Sí, estoy agradecido. Es la recompensa al esfuerzo del trabajo. Empecé haciendo cosas grandes con Miguel Narros hace doce años y después con Réplica Teatro, que son mi familia. El Centro Dramático Nacional, 'Intocables' con Ados Teatroa dirigida por Garbi Losada... El teatro es el medio que más conozco y domino.

–¿Notó el salto de popularidad a raíz de 'El chiringuito de Pepe'?

–Sin duda. Por desgracia, parece que solo eres actor cuando sales en la tele. Para mí es un empujón para que vayan a verte al teatro. La esencia del actor es el directo, acabas el trabajo y te vas a tu casa. El personaje de 'El Chiringuito' era muy bonito: pareja de Blanca Portillo, invirtiendo el estereotipo de la mujer joven y el hombre mayor. Y encima pareja interracial... Más bonito que eso no puede haber nada.

–'Detective Touré' es la primera serie española protagonizada por un actor negro.

– Ya. Te podría decir tantas cosas... Es la cruda realidad. Hay muchísimo actores racializados, una palabra que no me gusta, pero hasta que no encontremos otra... Parece que los blancos no sois racializados.

–No le molesta la palabra negro.

–Al revés. Cuando me preguntan cómo me gusta que me llamen contesto que Malcolm. 'De color', 'moreno', 'morenito'... Me parece todo un poco falso. Ya tocaba normalizar este juego de la interpretación, en el que cabemos todos y todas. Cuanto más perfiles tengamos, más mercado se abre. Con 'El Chiringuito' me paraban muchos senegaleses, porque pensaban que yo era senegalés. Decían: nunca veo Telecinco, pero sí la serie porque tú sales, tú nos representas.

–No negará que lo ha tenido fácil en este casting...

–Ja, Ja. Hay otros actores... Las productoras lo tenían bastante claro. Estuve desde el principio. Pero cualquier otro actor lo hubiera hecho superbien.

–Touré es un pícaro, un buscavidas.

–Un pícaro con matices. Touré es un superviviente, un tío inteligente que sabe lo que es la vida. Etnias aparte, España está llena de supervivientes a los que le cuesta llegar a fin de mes. Touré es uno de ellos, aunque lo tenga un poquito más difícil por la documentación.

–¿Conocía Bilbao?

–Había venido en alguna gira teatral pero lo he conocido ahora. Me fascina. Me encanta la fusión urbe con naturaleza, edificios antiguos con modernos... Es una ciudad que tiene todo lo que necesitas en un espacio reducido, sin agobios.

–Ruedan en una zona a veces conflictiva, Bilbao la Vieja.

–Me encanta, para mí San Francisco es Vallecas en los 90. He experimentado lo que veo. El día de los Arroces del Mundo me fascinó, con toda la gente juntándose y compartiendo comida. Y no me parece tan conflictivo, aunque es verdad que va transformándose según avanza la noche...

–En la serie cuentan con dos asesores, la periodista Lucía Mbomio y el mediador Mamadou Ngom, para reflejar la inmigración de manera veraz.

–Todo mejora gracias a ellos, son muy conscientes del mundo afrodescendiente y conocen la idiosincrasia del barrio. Yo estoy muy tranquilo, porque el guion se ha escrito teniendo en cuenta las opiniones de la gente.

–La pregunta del millón: ¿España es un país racista?

– Hace una semana tuve un debate con Gorsy Edú, que para mí es un filósofo. Él dice que el malo siempre se hace notar más. No hay que ponerles tanto el foco a ellos, sino al antiracismo. ¿España es un país racista? Depende cómo quieras verlo. A título personal sabemos que no es así. Pero a nivel institucional, si hay ciertos partidos que fomentan la xenobia y la democracia lo permite, seguramente sea un país racista. A nivel de su población, no, porque son cuatro los imbéciles de siempre, a los que hay que ignorar. El racismo tiene que ver con la gente que piensa que la culpa de sus problemas la tienen los demás.

–Ponemos el foco porque nos preocupa el auge de la ultraderecha.

–Lo hemos permitido, ahora no vale sentir vergüenza.

–¿Su actor favorito de pequeño era negro?

– ¡Eddie Murphy! De hecho le imito. Y me encantaría hacer algun día una película como él. Touré no es tan gracioso... No entenderé jamás porque Eddie Murphy no tiene un Oscar. Luego vinieron Denzel Washington, Viola Davis, Will Smith... Tienen un discurso antiodio parecido al mío.

–Hombre, Will Smith...

– Ja, ja. Ha metido la pata pero le perdono.