Mahi y Rafa en La Casa Fuerte. Telecinco
La Casa Fuerte 2020

Mahi monta un escándalo en 'La casa fuerte'

La joven amante de las pelucas chocó bruscamente con Tom llamándole de todo menos bonito, mientras Isa Pantoja esquiva las supuestas infidelidades de Efrén

Viernes, 11 de diciembre 2020, 07:01

Iba de mosquita muerta, pero ha aterrizado arreando. Efrén Reyero insinuó antes de entrar a 'La casa fuerte' que había tenido «algo» con Isa Pantoja, se vino abajo cuando se topó cara a cara con la chica, pero se ve que le interesa que la ... historia siga rulando y la ha debido de lanzar para que sus compañeros, todos y todas buenísimas personas, discretos a más no poder y siempre evitando decir nada que pueda generar conflictos, se lo callen y no hagan sangre. Y fíjate que ha pasado todo lo contrario, la historia se ha aireado, no se sabe muy bien cómo, lo malo es que sentado frente a Asraf y su novia, el protagonista volvió a recular, recogió cable y dijo que simplemente había salido de fiesta, sin más. Así que de los tonteos, besos y abrazos que anunció antes de entrar, no ha quedado nada de nada. «Habrá quedado en un besito y ya está», opinó Samira cuando le contaron que no hubo escenita. Visto que el tema infidelidades arcaicas no cuajaba, Jorge Javier Vázquez optó por improvisar y meter el dedo en otra llaga. ¿Te propongo que mañana mismo veáis 'Cantora, la herencia envenenada' todos juntos?», ofreció. Y Pantoja aceptó el regalo contaminado, pero decidió que mejor verla con unos pocos aliados, dejando al resto compuestos y sin tele.

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La que sí ha perdido los nervios, contra todo pronóstico, es Mahi Masegosa. La joven, símbolo de la templanza y la serenidad, perdió los papeles con Tom. ¡Y de qué manera! Resulta que el de 'La isla de las tentaciones', que no da puntada sin hilo, la acusó de haber planeado traicionarles. Ella reaccionó negándolo, creyendo que lo decía en broma, pero el marroquí insistió. «En la vida me he encontrado a una persona más despreciable», catalogó enojadísima. Y no se quedó ahí. «Cuenta una mentira, se la cree y a partir de entonces ya es verdad», argumentaba la amante de las pelucas visiblemente molesta. «No estoy acostumbrada a vivir con gente tan miserable», añadió. Sus palabras se las llevaba el viento porque a Tom ni le rozaban. «Mentiroso» o «canalla» fueron los siguientes insultos, y la muchacha se vino arriba: «Quiere desequilibrarme, pero no lo conseguirá», decía exaltada. Y recurría a los dichos populares: «Cuando un tonto se sube a una verja, o se cae el tonto o se cae la verja».

El disgusto de Mahi es tan grande que no quiere ver a su compañero ni en pintura. Para empezar, ha decidido que ya no va a compartir mesa con él. «Y si le veo por la calle, le escupo», advirtió. Tom continuó con su contienda templada, asegurando que le había escuchado decir que iba a votarles para quitarles el dinero. Y la joven volvió a encenderse. «No vas a poner en mi boca cosas que no he dicho, ¡gilipollas!», exclamó encolerizada, llegando a amenazar con quitarse un zapato y darle con él. A su contrincante no le afectaba en exceso la perorata y sonreía irónicamente cada vez que escuchaba un improperio. «En mi vida me he echado a la cara una persona más mierda que esa», zanjó Mahi.

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