La reivindicación de Los Morancos en 'El Hormiguero': «No hay chiste que no moleste»

Su nuevo espectáculo se llama 'Bis a Bis' y el título va cargado de reivindicación. «Vamos a la cárcel, Pablo, porque cómo están las redes… ¡Cómo están! Que no se puede decir nada, no hay chiste que no moleste. Hemos decidido que nos vamos a la cárcel», le contaban Los Morancos a Pablo Motos en su visita a 'El Hormiguero'. Así que en su flamante montaje recrean una prisión ficticia. «Es que tú cuentas un chiste, y a ti te pasa a diario, y te dan una caña terrible. Los humoristas ya no sabemos qué decir. Así que nos inventamos la Ley Mostaza, que la imponen en las redes, y nos meten entre rejas a todos los cómicos», explicaban.

Por 'Bis a Bis' pasan desde el Rey de Inglaterra y Camila hasta Martínez Almeida, «al que te pareces mucho tú», bromeaban los cómicos señalando a Motos que se tomaba con salero la alusión. Y las bromas no pararon. «Me ha pasado una cosa en el hotel que he flipado. Hemos llegado esta tarde y cuando hemos bajado a tomar un café, hemos visto que había como nueve mesas de ajedrez y todas con gente preparada para competir. Y ha llegado un niño de siete u ocho años y jugaba contra los nueve. Habrán durado las partidas 25 minutos», relataba César Cadaval. Motos preguntó: «¿Y les ha ganado a todos?». Y el cómico remató: «A nadie. ¡Que tenía ocho años, no tenía ni puta idea de jugar al ajedrez!».

«Hemos llegado a un punto en que nos conocemos tan bien en el escenario, que nos hemos dado cuenta de que tenemos las mentes conectadas. Si yo me vuelvo de espaldas y él toca un objeto, yo no adivino», lanzaba la pareja. Su anfitrión quiso comprobar la bravata y le vendó los ojos a César, mientras su hermano se acercaba al público y pedía a espectadores que tocaran un objeto cualquiera. César lo acertaba todo, dejando boquiabierto al presentador.

El humor suele servir, desde los tiempos de los bufones, para denunciar las injusticias. Los Morancos atacan el trato que reciben las personas mayores en algunos negocios. «Hemos hecho una crítica a los bancos porque van las señoras mayores, nuestras madres, nuestras abuelas, y no pueden sacar dinero porque no hay nadie ya. Tienen que trabajar con el cajero y no saben. Y se forman unos follones…», censuraba Jorge. Su hermano iba más lejos. «Creo que nos estamos deshumanizando un poco», apreciaba muy serio.

Los Morancos viajan por toda España con su espectáculo y, a veces, les suceden cosas impactantes. Jorge relataba una de ellas. «Íbamos de Valencia hacia Sevilla. Y yo no me quedo dormido en el coche, pero mi hermano, que iba de copiloto, iba roncando. De pronto, veo que el conductor se iba contra un camión. Le aviso y le digo que va un poquito dormido. Me dijo que estaba cansado. Así que paramos y me cambié. Esto, a 400 kilómetros de Sevilla. A los dos minutos, roncaba más que mi hermano. La movida viene cuando, cinco kilómetros antes de llegar a Sevilla, se despierta y me dice a ver si quiero que lo coja él», recordaba entre risas.

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