Locuras gana la final con campanas de boda de 'El conquistador del Caribe'

Empezaron a caballo una final trepidante que mantuvo en vilo a la audiencia hasta el último minuto. Etxe, Locuras, Olaia y Txoskin se disputaban la ansiada ikurriña de 'El Conquis' en un recorrido duro y complejo. Tras bajarse de los jamelgos, el cuarteto se encontraba con Julian Iantzi y Lur Errekondo. «Nunca habíamos visto un arranque así», expresaba Olaia despidiendo al corcel que le había llevado hasta allí. El paisaje era impresionante. La cascada Salto de El Limón envolvía a los aventureros, emocionados ante la última prueba de esta edición. «Vais a tener que superar una tirolina muy vertical», anunciaba Iantzi señalando a las cuerdas que presidían la escena.

Antes de llegar a la tirolina, los concursantes debían remontar el cauce del río con numerosos obstáculos. Había que subir una escalera de diez metros, nadar hasta una pequeña tirolina de 35 metros, saltar al agua y buscar la tercera enseña, escondida en la cascada. El cuarto banderín estaba en lo alto de una cuerda con nudos, y el quinto, el más difícil, sumergido bajo el agua. 

La final arrancaba con el cuarteto dándolo todo. Locuras empezaba con una cierta ventaja que pronto perdió en favor de Etxe. El mirandés se atascó en la soga vertical, lo mismo que Txoskin y Olaia. Etxe, sin embargo, no supo apurar su ventaja. Buceó por toda la poza en busca de la bandera, pero no la encontraba, y ese tiempo le pasó factura. «Cuando te ves ahí fundido, es muy duro», contaba Locuras que no conseguía superar la cuerda. Olaia le daba la razón. «Teníamos los antebrazos reventados», afirmaba la joven. Pero nadie se rindió. Locuras y Txoskin consiguieron subir y se lanzaron al agua, aunque la imagen de los tres chicos era terrible. Derrotados, helados de frío, con dolores y sin saber muy bien cómo afrontar esa parte del reto. «Tengo la mandíbula como atascada, no sé si del frío o qué», se lamentaba Locuras con el rostro desencajado. El equipo médico se acercó a atenderle. «Es algo muscular por el frío», le tranquilizaron. Esas palabras animaron al burgalés que volvió a tirarse al agua y halló la preciada enseña. Muy astuto, la escondió hasta que salió del pantano y se amarró a la última tirolina.

Tocaba ascender 130 metros con las fuerzas al límite. Txoskin seguía de cerca a Locuras y Etxe también se vinculó, adelantando a su compañero Yocahu en busca de alcanzar a Locuras, pero era demasiado tarde. El de Miranda de Ebro no tiró la toalla y llegó a la ikurriña el primero. «No me lo creo. El sufrimiento ha sido brutal, pero ha sido una experiencia única», aseguraba visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos. «Hostia, lo he tenido ahí. ¡Qué pena!», se lamentaba Etxe que quedó segundo a muy pocos metros de su compañero. Txoskin, bronce en la prueba, suspiraba. «Cuando ha terminado he sentido una paz interior…», declaraba sonriente. La que se rompía era la benjamina del grupo. Olaia no podía evitar el llanto. «Yo quería esa ikurriña», revelaba dolida.

Ya en plató, Locuras agitaba la ikurriña con orgullo. «Eres el mejor», piropeaban sus aitas. Y aún quedaba una sorpresa final. Locuras pidió a su chica, Cyinthia, que se acercase y, sin pudor, hincó la rodilla en el suelo y sacó un anillo. El joven le pedía que se casara con él y la mujer aceptó sin pensárselo. Y al son de la marcha nupcial se despedía esta vez 'El conquistador del Caribe'.

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