Primeros expulsados y más líos en 'La casa fuerte'

Como aquí las expulsiones son lo de menos, vamos al lío. Fani y Christofer fueron las estrellas en los primeros minutos de la gala. Ahora resulta que se sienten apartados del resto de concursantes. Tras admitir ella que comentó lo bien que le vendría que se fuera su novio y metieran a Rubén, aquel con el que cayó en la tentación en la isla más polémica del último año, sus adversarios han decidido darle la espalda. «No quiero saber nada de nadie. Empiezan a inventar, a decir, a insultar… Parece que nos tengan envidia porque somos felices», argumentaba la chica ante su prometido. Y él asentía (parece que es lo único que sabe hacer). Ambos se sienten humillados y traicionados. Y el resto ataca. «Tienen un aire de grandeza increíble, no saben lo que es la humildad», apuntaba Ferre. Y Juani añadía: «Él nunca le ha hecho nada para ofenderla. Nombrarle al otro, con la herida que tiene en el corazón… Eso no se le puede ocurrir a nadie».

El caso es que los 'tortolitos' están solos. «Nunca pensé que me iban a apartar y a tratarme como a una mierda», se lamentaba Fani. «A ti lo solo te tiene que importar lo que tenemos tú y yo», imploraba Christofer que tiene más aguante que la carcasa de un Nokia. «No quiero que dudes ni un minuto de lo mucho que te quiero», remataba ella en plan telenovela. Aunque para folletín el de Yola y Cristian Suescun. Según parece la cantante (o actriz, o tertuliana… o yo qué se) se ha enamorado del hijo de Maite Galdeano. Y su compañera, Leti, decidió que lo mejor era prepararles una cena romántica y cederles su cama por una noche. ¡Y hasta escenificaron el roneo entre las sábanas! Lo que ignoraban era que Oriana y compañía estaban indignadas porque Cristian tiene novia y Leti y Yola estaban fomentando la infidelidad. «No me hace ni puñetera gracia», expresaba Marzoli muy digna. Así que organizaron una manifestación durante la romántica cita y Yola acabó llorando. Por eso y porque Cristian le había dicho instantes antes de la protesta que él quería a su novia. Luego puntualizó: «Yo accedía esa cena para comerme un chuletón y pegarle un trago a un crianza». Delicado como él solo. En fin, otra fábula más en 'La casa fuerte' cuyas historias ya no se las traga ni el más crédulo. El domingo acaba el cuento.