Los Carrington se modernizan

Joseba Fiestras

Domingo, 25 de febrero 2018, 01:03

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Ya solo falta 'Falcon Cres'. 'Dallas' tuvo su continuación hace un par de años (tres temporadas que no acabaron de cuajar) y 'Dinastía' acaba de estrenar un 'remake' con los mismos personajes del culebrón 'ochentero', pero modernizados. ¿Y cómo se actualiza un serial de hace más de tres décadas? Fácil, rejuveneciendo a los personajes (en la actual Cristal y Fallon bien podrían ser hermanas en vez de hija y madrastra), cambiándolos de sexo (Sammy Jo es ahora un hombre) y de raza (Jeff Colby es negro) y añadiendo una banda sonora bastante irritante que poco o nada tiene que ver con la acción que está ocurriendo. Por lo demás, las tramas son bastante parecidas y cada episodio acaba con un final en alto para mantener en vilo a la audiencia ('cliffhanger' lo llaman los entendidos).

No cabe duda de que 'Dallas', 'Dinastía' y 'Falcon Crest' marcaron una época en la historia de la televisión. Repetitivos en ocasiones y absurdos en otras, lo cierto es que sus historias enganchaban al espectador y sus productores lograban convertir en auténticos acontecimientos sus finales de temporada (el disparo a JR, el golpe de estado en Moldavia con todos los Carrington tiroteados, el terremoto en los viñedos de la Channing…). Eran aquellos unos seriales que recogían el testigo de los tradicionales culebrones latinoamericanos, pero con muchos más medios. El dinero permitía mostrar las últimas tendencias en moda y las joyas que lucían las actrices no eran bisutería, si no 'pedruscos' que valían millones de dólares. Y luego estaba el reparto, que siempre procuraba jalonarse con estrellas invitadas que dieran lustre al producto. Por 'Dinastía' pasaron Rock Hudson, Charlton Heston, George Hamilton o Barbara Stanwick. ¡Y hasta políticos como Gerald Ford o Henry Kissinger hicieron cameos! (¿Se imaginan a Aznar o Alfonso Guerra dejándose ver en 'Amar es para siempre', por ejemplo?).

En el 'remake' se han pasado. Han llevado al límite lo de mostrar la última moda, tanto que hace increíbles personajes como el de Jeff Colby, que luce unos atuendos de pasarela difíciles de llevar en la oficina. Al contrario que su antecesora, en la nueva ‘Dinastía’ se echa en falta el presupuesto, sobre todo a la hora de emplear buenos efectos especiales. En plena era digital, el accidente que acaba con Matthew en el primer capítulo (una explosión hace que se desprendan las aspas de un molino y lo degüellen) lo puede hacer mejor mi sobrino con una aplicación de su móvil. Y lo curioso es que repiten la escena una y otra vez en los previos (aquello de ‘en capitulos anteriores…’). Otro tema que crispa sobremanera es la música. En este apartado también han querido ser vanguardistas y meten melodías supuestamente audaces que nada tienen que ver con la trama, lastrando el ritmo notablemente. ¿Nadie les ha contado que la banda sonora está para que la música acompañe y haga hincapié en los momentos trascendentales?

La base está, pero tan adulterada que ya no sabe a lo mismo. Solo hay una cosa que puede salvar este renacimiento de 'Dinastía', y curiosamente es la misma que rescató a la serie original. En la clásica, la audiencia no acababa de entrar y finalizaron la primera temporada con la aparición de la primera mujer de Blake, Alexis Carrington (interpretada por la inimitable Joan Collins, que solo sabía hacer ese papel, pero lo bordaba). La incorporación de la villana atrajo a nuevos espectadores y levantó la ficción. En la nueva, se ha mencionado a Alexis en varias ocasiones, pero aún no ha entrado en escena. Quizá sea el as en la manga que tengan de cara a renovar temporada y hagan la misma jugada que sus predecesores. En tal caso, que aprovechen para atemperar el vestuario (lo caro no tiene por qué ser histriónico), cambiar al encargado de efectos especiales (o darle algo más de pasta) y, sobre todo, mandar a paseo al compositor de la banda sonora y volver a lo clásico. En ese apartado no necesitamos vanguardismos.