Jordi Cruz estalla en Masterchef: «No quiero faltas de respeto»

Un baile de promoción era la excusa para que los aspirantes compitieran por parejas y cocinaran dos ricos aperitivos propuestos por los jueces. Jorge Juan y Ana formaban uno de los dúos y se liaron a la hora de elaborar las recetas, tanto que no lograron emplatar ninguna de ellas. «Emplatar lo que tengáis inmediatamente», ordenó Jordi Cruz disgustado. Ana no reaccionó bien. «¿Para qué, para que hagamos el ridículo?», respondía irónica. «No, porque es lo que teníais hecho. Y si es una vergüenza, más me da a mí, que vienen unos comensales y no van a comer», replicaba el juez. Ella siguió protestando, elevando el tono. «Presentáis eso y gracias. No quiero faltas de respeto», advertía el del Abac. «Pero si las bandejas están vacías», insistía la sevillana. Jordi estalló: «Ana, ¿tú quieres un delantal negro?». Y la aludida espetaba: «Si me lo voy a llevar igualmente». Cruz torcía el gesto y Ana le pedía entonces poder marcharse. «No vas a ninguna parte, te quedas aquí tranquilita. No la pagues conmigo», comentaba el maestro de fogones.

«Es injusto, pero no pasa nada. Yo por las buenas soy muy buena, pero por las malas, la peor. Estoy muy cabreada porque una se pega una pechada de trabajar y es para nada», protestaba Ana visiblemente afectada. Una vez pasado el trago, pidió disculpas. «Vosotros teníais que hacer dos tapas. ¿Qué habéis hecho en 75 minutos que justifique no presentar nada y que justifique que hagamos el ridículo nosotros, y las faltas de respeto? Habéis estado de cachondeo», regañaban los jueces. «Deberíais recuperar esa humildad tan buena que teníais al principio y nos entenderíamos mejor», recomendaron.

«Se ha calentado de verdad», murmuraba el resto de aspirantes. «Esto me ha servido para darme cuenta de que mi temperamento me pierde», reconocía Ana entre lágrimas.

«Te hemos visto con una actitud chulesca», reprobaba el jurado a una Ana ya más calmada. La reprimenda no paraba. «No sabes tanto como crees y tienes mucho que aprender aún. Y no has pensado que con tu actitud arrastras a un compañero también», censuraban. Ella se defendía: «Soy de todo, menos chula. Si ha parecido que he tenido una actitud chulesca lo siento. Y también nos habéis tachado de falta de humildad y volvemos a lo mismo», aducía. Jordi remató la cuestión. «Cuando alguien no gestiona bien el fracaso, le falta humildad porque todos tenemos derecho a equivocarnos y a aprender de los errores. Tú no te lo permites y te enfadas. Y en tu enfado me salpicas a mí, que he venido a ayudarte. Te obcecas, no lo quieres razonar, no escuchas, te quieres pirar…», argumentaba Jordi. «Me han dicho de todo menos bonita», zanjaba la andaluza.

Marta, David, Ana, Jorge Juan, Luca, Camino, Francesc y Fray Marcos portaban delantales negros. El duelo consistía en un homenaje al mar. Y fue Marta la que menos atinó. «Esto no se puede comer», apreciaba Jordi. Pepe iba más lejos: «Ninguno de los dos ingredientes, la anguila es una goma y al cereal le falta cocción». «Es un desastre, peor no podía salir», admitía Marta consciente de que tocaba colgar el mandil. «No me siento descontenta, siento que he arriesgado y he luchado», afirmaba antes de despedirse.

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