Jokin hace historia en 'El conquistador del fin del mundo'

Ushuaia, el faro del fin del mundo, aguardaba a los finalistas de 'El conquistador del fin del mundo'. Anartz, Lobo, Jokin, Andrea, Txubi y Aritz se jugaban la gloria y lo sabían. Primero les tocó competir por parejas, y los dúos se eligieron por sorteo. Lobo y Aritz, Jokin y Txubi y Andrea y Anartz debían arrancar con la primera luz del día. Una señal les indicaba que la competición arrancaba y no había que despistarse.

Todo se iniciaba con una prueba de orientación. Las parejas debían encontrar los remos antes de embarcarse en la carrera sobre una canoa doble. Y Lobo fue el más avispado. Mientras sus contrarios se perdían en un islote, el de Magallón cruzó al de enfrente donde halló las palas. Aquello hizo que Aritz y él partieran con bastante ventaja en la travesía de diez kilómetros que debían realizar remando.

En el formato nada está escrito, y una superioridad puede ser momentánea si equivocas el rumbo. Los tres dúos estaban bastante perdidos en aguas heladas que dificultaban manejar los remos. Txubi no podía seguir el ritmo de Jokin al tener las manos congeladas y los dedos dormidos. Con todo, ellos lograron llegar los primeros a los kayaks individuales. Quedaba el sprint final en solitario. Andrea, Aritz, Anartz y Lobo llegaron a los mismos casi a la vez, y ahí las parejas se rompieron. Mientras Andrea y Aritz conseguían dominar sus embarcaciones, Lobo y Anartz volcaban continuamente, siendo incapaces de mantenerse a flote.

Tantas veces cayeron al agua que Lobo optó por tirar la toalla. «¡Abandono!», gritaba enfadado sintiéndose impotente y viendo que sus rivales ya eran inalcanzables. La carrera continuaba, pero la ventaja de Jokin, que no se rindió en ningún momento, era ya insalvable. El getxotarra se lanzó al agua, nadó los últimos metros, y llegó el primero al faro de Ushuaia abrazando la bandera que le otorgaba el título de campeón.

«¡Eneko, esta va por ti también! ¡Ya te he igualado!», exclamaba emocionado agitando su segunda ikurriña. Van Horenbeke ponderaba desde plató su actitud de campeón. Jokin ganaba y, al mismo tiempo, hacía historia. «Ha sido una aventura muy dura, más mental que físicamente», comentaba el campeón. Y reflexionaba sobre su participación en la aventura.

«Ha sido un año muy largo, desde enero hasta aquí guardándome lo que había pasado. Ha sido increíble», afirmaba sonriente el vencedor de la vigésima edición de un formato que sigue vigente, seguido por infinitos fieles que contagian su afición por el concurso a nuevas generaciones que ya forman parte de él. Como Txubi, un finalista de 18 años que no había nacido cuando 'El conquistador del fin del mundo' inició su trayectoria, hace ya dos décadas. Larga vida.

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