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Joaquín Sabina desvela las alucinaciones que sufrió después de su grave accidente en el concierto del WiZink

El cantante acudió junto a Leiva y Fernando León de Aranoa a 'El Hormiguero' y habló sobre sus excesos y el desencanto que le produce «el siglo XXI»

Martes, 15 de noviembre 2022, 07:30

Fernando León de Aranoa ha seguido durante quince años a Joaquín Sabina para plasmar su esencia en un documental titulado 'Sintiéndolo mucho'. Leiva ha sido el encargado de la banda sonora de la película y el trío visitó 'El Hormiguero' para darlo ... a conocer. «No hay nada mejor que trabajar con amigos. Es cojonudo», ponderaba Sabina sincero. «Yo en los conciertos he enseñado mucho el culo, lo que nunca había enseñado es lo que ha sacado Fernando en el documental: enseñó el alma que es una ordinariez», definía el maestro.

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Pablo Motos se interesó por la salud del artista que se mantiene en forma a sus 73 años. El presentador le preguntó a ver si bebe los dos litros de agua al día que recomiendan. «Bebo más que como. Parece que es igual si el líquido es tequila o whisky. Eso me dijo el médico y le di un abrazo. O sea, que bebo por prescripción facultativa», bromeaba el cantante. El veterano artista sufrió una terrible caída en el WiZink hace unos años. «Me enteré al día siguiente después de dos operaciones. Yo cuando estaba en el suelo quería volver a subir al escenario y una enfermera que había me dijo que era imposible porque me había roto la clavícula. Me llevaron al hospital y cuando desperté me enteré de que tenía una clavícula nueva y que, como también tenía un hematoma en el cerebro, me habían operado esa noche. No me había enterado de nada», recordaba. Le contaron todo y Sabina reaccionó. «Lo primero fue celebrar que estaba vivo, y luego la readaptación a estar vivo. Me pasaban cosas raras en la cabeza. Recuerdo un día que estuve hablando casi una hora con Javier Krahe. Y yo no me engañaba porque lo primero que hice fue decirle: Javier, sé que estás muerto, pero ¿cómo estás? Estuve tres o cuatro días así, pero muy feliz porque me enteré de que la hostia había sido muy importante», evocaba.

«Lo mío es toser y cantar», afirmaba con guasa el de '19 días y 500 noches'. «Cuidarte igual no ha sido tu fuerte», opinaba Motos. El aludido replicaba rápido: «No, pero voy a empezar». Los excesos de Sabina son cosa del pasado. «Hace veinte años que dejé la coca. Igual más. A mí lo que no me gusta es la corrección política que hay ahora y este nuevo puritanismo que esta vez es de izquierdas. El puritanismo es malo sea de quien sea. Cuando me preguntan que siento por las drogas siempre digo que nostalgia», revelaba. Y argumentaba: «Te quitas porque ya no te hacen la ilusión ni el efecto que te hacían y un día dices: se acabó. Pero mi caso no vale para las pobres madres de los pobres yonquis porque yo no me interné en ningún sitio, simplemente dije se acabó».

«Estoy convencido de que todas las buenas canciones de amor no hablan de tu mujer, de la que duerme contigo; hablan de la otra», contaba Joaquín con la sorna que le caracteriza. Un artista que vive en un desorden ordenado. «El que intento organizar mi caos fue Serrat y no le salió», desvelaba. Lo que le produce desencanto es la actualidad que le rodea. «Cuesta encontrar en el sigloXXI algo que enamore, algo que esté yendo a mejor. No vemos más que catástrofe tras catástrofe. Trump y Putin. A mí no me gusta cómo habla la gente en televisión, cómo hablan por la calle. Cada vez se va perdiendo más la belleza del lenguaje coloquial», reflexionaba el poeta que actuará en Bilbao el 25 de junio del año que viene.

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