«Eres un pedazo de sinvergüenza, un desagradecido y un asqueroso», sentenciaba Lucía. Era su último encuentro en 'La isla de las tentaciones' y el chaval no se imaginaba que le iba a caer la del pulpo. «Yo no sabía que iba a ... pasar esto aquí», se excusaba con la boca pequeña. Pero ya no había disculpa posible, su novia tenía muy claro que lo que había descubierto era imperdonable. «No he podido ni ver los vídeos de la vergüenza que me daba», explicaba la joven que mantuvo el tipo en todo momento. Él no. Lloraba, suplicaba, balbuceaba, alegaba y, a veces, hasta atacaba. «He sentido cosas y no he podido pararlas, pero tú también has sido muy hipócrita», lanzaba el muchacho. Palos de ciego los llaman.
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La hoguera de confrontación de Lucía y Manuel fue un drama cantado. «las cosas se hacen de otra manera», denunciaba la chica mientras su ya expareja sollozaba. «Te juro mirándote a los ojos que como yo te he querido a ti no he querido a nadie. He metido la pata porque me he dejado llevar, pero no he querido hacerte daño», argumentaba el andaluz. Pero las palabras ya no encontraban a la mujer. «Ya no me interesas», decía con merecido desdén. El único momento en el que Lucía se alteró más de lo debido fue al ver esas imágenes de las que antes había huido. Manuel apartaba la mirada, pero ella no le dejaba escaparse. «¿Te gusta lo que ves?», cuestionaba. Lágrimas por respuesta.
«Te voy a querer siempre», prometía el hombre sin excesiva credibilidad y con el llanto por montera. «Yo a ti no», devolvía ella segura. Y el joven suplicaba: «Espero que algún día me perdones». Palabras que no hacían mella en la gaditana. «Yo te perdono, pero ya no existes para mí», devolvía. Llegado el momento, Sandra Barneda preguntó a ver cómo querían irse del concurso. Y Manuel tenía claro que deseaba marcharse acompañado de Fiama. «Es tonto porque creo que Fiama le ha utilizado», opinaba Lucía ya en la distancia. Ella se despedía sola, pero contenta, y aún quedaba la traca final.
«Te quiero, pero llegará un momento en el que no sienta nada por ti. No te voy a ser falsa. Me he dado cuenta de que creía que tú eras mejor que yo, que estabas por encima de mí y qué suerte tenía de tenerte... Y aquí he caído en que la suerte la tenías tú de tenerme a mí», con estas palabras despedía Lucía a Manuel en su hoguera de confrontación. Y claro, el chaval volvía a echarse a llorar (lo hace de película). «Pierdo a una persona falsa y mentirosa, pero gano a muchas verdaderas», sentenciaba la joven mientras abandonaba el lugar. Él la perseguía en busca de un último abrazo. «Deja ya el drama», manifestaba ella negándole el gesto. «Se acabaron las humillaciones», zanjaba.
Ya sin Lucía, Fiama aparecía y aceptaba la propuesta de Manuel. «Creo que esta aventura que vamos a empezar puede ser muy bonita», le decía a la canaria que se lo comía a besos. Y ambos se iban de la mano. Poco más dio de sí la última gala del reality. Lola y Carlos siguen dándolo todo, «nunca he tenido una complicidad tan grande con nadie en el ámbito sexual. Me siento como una mujer fatal», asegura sonriente ella. Por otra parte, Marina ya le ha dicho a Isaac que le quiere. Y con la declaración de amor llegó lo demás. «Siempre he tenido el impedimento de practicar lo que es el sexo al cien por cien, pero llega un momento en que no te puedes aguantar. Así somos de intensos y pasionales», advertía antes de sumergirse bajo las sábanas.
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