Francis Ford Coppola llevó al cine en 1988 la vida de Preston Tucker con el rostro de Jeff Bridges. A mediados de los 40, Tucker desafió a los gigantes automovilísticos de Detroit con un coche que se adelantaba a su tiempo: frenos de disco, motor ... trasero a inyección, diseño aerodinámico, salpicadero acolchado y cinturón de seguridad de serie. Solo pudo fabricar 50 Tuckers. Al igual que le ocurrió al director de 'El padrino' cuando desafió a Hollywood, el sistema no permitió sus sueños visionarios.
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'The Lady and the Dale' descubre a otro personaje que solo podía ser estadounidense. Elizabeth Carmichael, describe HBO en la sinopsis de esta serie documental de cuatro episodios, fue una emprendedora trans que intentó sacar al mercado en los años 70 un vehículo revolucionario. Las tres ruedas del Dale resultaban tan rompedoras como los tres litros de gasolina que consumía a los cien kilómetros, un goloso reclamo en plena crisis del petróleo. Sin embargo, empresaria y coche salieron ranas. El Dale era poco más que una carcasa de fibra de vidrio que fundió los ahorros de miles de inversores que no volvieron a ver su dinero.
Su visionaria artífice había nacido como Jerry Dean Michael y antes de ocupar portadas pasó por la cárcel condenada por falsificar billetes, además de abandonar a dos de sus esposas e hijos. 'The Lady and the Dale' interroga al espectador: ¿Podemos elevar a la categoría de icono trans a una estafadora que huyó durante toda su vida y cuya aventura empresarial no pasó de ser un timo cutre? La idiosincrasia de la época y el descaro de su pícara protagonista consiguen que acabemos cogiendo cariño a Carmichael, que tras años huida de la justicia acabó cumpliendo condena poco antes de morir en 2004.
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