Goyo Jiménez ironiza en 'El Hormiguero' sobre las redes sociales: «Amplifican la bobería»

'Misery class' es el nuevo espectáculo de Goyo Jiménez. «Se llama así porque tiene que ver con las nominaciones de los aviones: first class, bussiness class, executive class… y, al final, todo los demás en misery class, donde sirven sándwich de rodilla porque tienes aquí la pierna…», bromeaba el cómico nada más llegar a 'El Hormiguero'. Lo más curioso de la cabecera es que se lo brindó King África. «Íbamos a subir a un avión y, cómo no pagaba yo, iba en primera. Y estaba él, le dije que si nos sentábamos y él dijo que iba detrás, en 'misery class'. Y pensé que era un buen título. Es cuando, en el viaje de la vida, intuyes que te ha tocado el peor asiento», explicaba.

El humorista le contaba a Pablo Motos sus teorías con sorna sobre la realidad. «Ahora hay una pelea por ver quién estafa a quién. Por ejemplo, eso de sacar las cosas de la maleta y ponértelas encima para que no te cobren. Que me hace mucha gracia el razonamiento porque para que no lleves más peso en la maleta, lo llevas encima. Al final, el avión pesa lo mismo. Es absurdo», ironizaba. Y seguía con las aeronaves. «Si te paras a pensar, pagas treinta euros por ir a Dublín y sesenta por llevar la maleta. ¿Qué pasa, que la maleta va en primera?», comentaba.

A punto de cumplir 55 años, Jiménez está cambiando sus hábitos. «Todos nos vamos convirtiendo en ese tipo de monje guerrero que hace gimnasia, come sano… Y si no vives más, se te hace más largo. Y no te detienes ahí, hay gente que va incluso a cosas motivacionales, donde te dicen: No dejes que nadie te diga que no puedes hacerlo. Y, en realidad, eso solo te lo puede decir la Guardia Civil», apuntaba con salero antes de meterse con las redes sociales. «Han servido para que los tontos se encuentren estén donde estén. En todas las ferias hay un regalo diferente. Me acuerdo un año en que se pusieron de moda los megáfonos, y todos iban con uno. Aquello era amplificar su bobería. Y las redes sociales es parecido. Así se oyen y se encuentran entre ellos», afirmaba.

El ataque de risa de una señora del público motivó que Motos cortara el programa. «¿Te acabas de acordar de que te has dejado el contestador puesto, te van a llamar de la tarjeta de 'El Hormiguero' y no vas a estar?», preguntaba con retitín Jiménez. La aludida se llamaba Susana, era esteticista y no podía hablar de la risa. «Entiendo que mirándome te rías como esteticién. Por el trabajo que tengo, ¿verdad?», insistía el cómico. Lo que no esperaba es que la espectadora no se amilanara. «Hombre, si trabajara de peluquera, lo mismo», replicaba con guasa. Y Agustín alegaba: «Te estás riendo de mi discapacidad capilar. Y no soy consciente de cuando me quedé calvo, simplemente iba usando cada vez más jabón de cara…», se burlaba.

Jiménez lleva años improvisando con el público. «Me gusta seguir jugando», comentaba. Y ejemplificaba. «Hay veces que te encuentras cosas tremendas, como la vez que había un señor de Perú que se llama Polo y era de Lima. Muy refrescante todo», aseguraba. El artista utiliza también su talento para salir de apuros. En Santiago de Compostela no tenía mucho dinero. «Era porque me lo había gastado de fiesta, tampoco seamos dramáticos. Y Santiago es muy de rituales y se nos ocurrió que, arrojando monedas en una pila bautismal, la gente iba a seguirnos. Y así fue. Funcionó el sistema. Y como fue en una iglesia se pueden considerar 'Cristomonedas'», manifestaba con gracia.

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