Gervais se alarga

Gervais ha estrenado en Netflix la tercera temporada de 'After Life', la serie en la que encarna a un viudo inconsolable, periodista en un diario local, que no encuentra motivos para vivir desde la muerte de su mujer por cáncer. El gran cínico, el sarcástico eterno, continúa explorando la melancolía y la vida anodina en una pequeña ciudad de provincias. Sigue bebiendo demasiado y castigándose viendo vídeos de su mujer. Pero como el personaje no va más allá, en los nuevos capítulos se profundiza en los secundarios, bastante más excéntricos que el protagonista, una cuadrilla de perdedores faltos de amor y autoestima que en algunos casos, como el del compañero del periódico de sexualidad atormentada, llega a poner a prueba nuestros estómagos.

Gervais estira demasiado el chicle en 'After Life'. Recurre a un golpe bajo como son los niños con cáncer en busca de la lágrima fácil y comete la imprudencia de ambientar la acción en esta época de pandemia: se alude al coronavirus en los diálogos, pero no se ve ni una mascarilla en la serie, lo que desconcierta al espectador. Al menos, el final hace gala de sutilidad y lirismo, un desenlace duro pero lógico con la inevitable conclusión de que no habrá cuarta temporada.