'Generación Click' aborda el efecto del abuso adolescente de pantallas

Este proyecto llega después del primero en torno a la exposición de los más jóvenes a la pornografía. «Vimos el impacto social que provocó y nos dimos cuenta de que había que seguir investigando», señala y apunta que, para la opinión pública, esta cuestión puede resultar aparentemente conocida, pero no es cierto. «Se ha hablado entre adultos, pero faltaba dejarles hablar a ellos, los protagonistas», aduce. «La diferencia más evidente se halla entre lo que imaginamos y lo que pasa».

Los muchachos relatan su experiencia ante la cámara y en presencia de sus padres. «No es fácil conseguirlo, aunque, cuando te ganas a los adolescentes, hablan sin filtros», indica y agradece su voluntad de ayudar a otros muchos que sufren como ellos. «Encontramos mucho sufrimiento y ansiedad».

Los relatos son estremecedores y suelen girar alrededor de plataformas como TikTok. «Creemos que solamente aporta una sucesión de bailes, pero también te enseña como autolesionarse, mezclar pastillas para evadirte de la realidad o, incluso, suicidarse», advierte. «No es sólo lo que buscan, también lo que ofrece». Según indica, los progenitores están tranquilos porque piensan que, mientras su hijo navega por la Red, no sale a la calle y no bebe, pero lo que no imagina es que puede acceder a vídeos peligrosos. «A una niña de 9 años le mostraron una propuesta sobre dietas extremas con el ejemplo de una princesa Disney y no hablamos de una casualidad».

No se trata necesariamente de conspiraciones urdidas por mentes sádicas. «En la serie incluimos el testimonio de Cristina, de 17 años y generadora de contenidos, que entró en un chat para anoréxicos, se grabó autolesionándose y lo subió al canal pensando que ayudaba», señala y alude a la inmadurez de los implicados. «Están atrapados y lo hacen con la mejor intención, muchos, tan sólo para ser aceptados».

La nociva influencia de los patrones estéticos difundidos por las redes sociales es el tema explorado en el segundo capítulo. «Lo llamamos Generación Botox porque están muy obsesionados con los cuerpos perfectos que ven en Instagram, por ejemplo, sin ser conscientes de la utilización de filtros», afirma y menciona la baja autoestima como resultado de esa frustración por no ajustarse a esa norma estética. «Se generan trastornos de conducta alimentaria y fenómenos como la anorexia o la vigorexia».

Las adicciones constituyen el objetivo de la tercera entrega. En este programa se conocerá el testimonio de un joven que llegó a estar dieciocho horas entregado a los videojuegos y tenía problemas para distinguir la realidad del espacio virtual. «Este enganche puede generar otros, como el del consumo exacerbado de bebidas energéticas o drogas», admite y, asimismo, se refiere al riesgo de las apuestas cibernéticas. «Se acostumbran a cambiar dinero por azar y no olvidemos que algunos son autosuficientes porque obtienen recursos vendiendo fotos o trapicheando con drogas» .

El insomnio y el fracaso escolar son objeto de atención en el último programa. A menudo, el consumo de pantallas provoca profundos perjuicios físicos. «Entran en clase completamente zombis y los profesores aseguran que son incapaces de permanecer atentos durante un minuto».

En 'Generación Click' se aboga por no entregar teléfonos sin educar. «Hay que luchar para que no estén pegados a la tecnología y proporcionar educación emocional sexual», defiende y alerta sobre la incapacidad para gestionar la tristeza, la inseguridad y los miedos provocados por los dispositivos. «Creemos que el abuso en su utilización sale gratis y el precio es la salud mental».

La intervención del Secretario de Estado de Educación es uno de los aspectos más sorprendentes de la serie. El político sostiene que el aula es un espacio seguro, a pesar de los informes que lo cuestionan. «No es que el bullying persista sino que ahora, a través del ciberbullying se convierte en algo permanente», arguye y, en lo que se refiere al acoso, nos remite al caso de un muchacho de Alonsotegi que quedó en el suelo, inconsciente, víctima de la brutalidad de algunos compañeros. Su caso resulta expuesto en la serie.

Sagasti desearía que documentales de este tipo fueran difundidos por todas las televisiones. «Sería lo ideal, pero, en cualquier caso, 'chapeau' para Euskal Telebista, que entiende que las audiencias son importantes pero que hay otras cosas aún más importantes. Ojalá otros medios públicos pensaran de la misma manera».