Las frases más desgarradoras de Ángel Cristo Jr. contra Bárbara Rey: «Nos enseñó de niños a distinguir la cocaína»

El hijo de Bárbara Rey y Ángel Cristo hizo una revelación impactante durante su entrevista de este viernes en Telecinco, que confirma lo que hasta ahora era un rumor: el chantaje de la vedette al Rey Juan Carlos. «Mi madre me pidió siendo niño que le hiciera fotos con el Rey«, comentó. «En el cuarto de mi madre siempre ha habido mucho dinero en efectivo. Unos pagos que se le hacían periódicamente a mi madre por el chantaje al Rey de España«, añadía. «Cuando me pide hacer las fotos, yo soy un niño e iba a ver situaciones íntimas entre ellos dos. Todo mi interés era que no se escuchase la cámara Réflex hacer clak, clak, clak -el traqueteo de los flashes-. Hago todas las que puedo, todos los carretes que puedo«, aseguró.

Ángel Cristo Jr hizo las fotos cuando tenía cerca de 13 años y para robar las imágenes comprometidas de su madre con el Rey se escondía detrás de unos setos. Al parecer, fue un fotógrafo profesional el que le enseñó a utilizar la cámara. En la entrevista del viernes afirmó que aún conserva algunas de esas fotos y, de hecho, abrió una carpeta y las mostró al presentador, Santi Acosta.

Este testimonio desmontá la versión de su madre. Durante una entrevista la vedette en el Chester de Risto Mejide, Bárbara se mostró contundente a este respecto. A la pregunta de Mejide: «¿Alguna vez has pedido dinero al Rey?», Bárbara negó haber chantajeado al Rey emérito.

Ángel Cristo Jr. desveló detalles de la adicción a las drogas de su hermana, que comenzó a llos 13 años. «Mi hermana se ha gastado miles de euros en droga. Se pasaba el día drogada. El dinero lo sacaba de la habitación de mi madre, que conseguía a veces con su trabajo y otras veces, pues de otro tipo de trabajos. Ese dinero efectivo venía de unos pagos que le hacían periódicamente a mi madre por el chantaje al Rey del España», reveló. Cifró entre 25 y 30 millones de pesetas los que pudieron pasar por la habitación de su madre.

Culpó a Bárbara de la mala relación con su hermana Sofía. «Mi madre ha creído en mi hermana ciegamente y yo veía cómo se destrozaba la vida y mi madre no hacía nada y lo estaba viendo. Creó un conflicto entre mi hermana y yo. Me convertí en el peor enemigo de Sofía. Con 15 años ya salía con gente de 30 años de fiesta, de jueves a domingo. La pregunta es, ¿dónde estaba mi madre? No hizo nada». «Yo la quiero mucho, esto no es su culpa. Estoy feliz de verla bien y de que se haya recuperado».

«Un día le di masajes mientras vimos Rambo I, Rambo II y Rambo III», recordó Ángel con resquemor. «Ella siempre ha sufrido de un dolor de espalda. Yo intentaba aliviarle con masajes, daba igual que tuviera colegio, o tuviera que estudiar o tuviera examen. Le daba masajes durante horas y horas todas las noches». «Yo sentía rechazo de tocar su piel... fue una tortura. ¿Sabes cuántas noches y cuánto sufrimiento? (...) ) Operábamos como si fuéramos un matrimonio. Detrás de todo, era un niño que quería agradar siempre».

Calificó la vida junto a su madre de «verdadera pesadilla«. Llegó a afirmar que «no era su hijo, era su sirviente. Me pedía: 'No salgas los viernes, te quedas conmigo', 'tráeme esto', 'sal, entra, despide a este', 'paga a la gente del servicio'. Yo tenía la responsabilidad y la autorización para firmar los cheques con su firma. Hasta el punto de que yo sacaba el dinero del banco firmando yo los cheques, delante de la directora del banco, siendo menor de edad».

Explicó que él se lo tomaba como algo personal para ayudar a una madre que «no tenía a nadie», porque siempre «ha estado sola». «Había que llevarle el desayuno todas las mañanas. Yo salía con amigos y tenía que calcular a la hora que se levantaba y volver para llevarle el té con las tostadas. Te roban el tiempo y la infancia. Si vas con amigos, no me quieres; si te echas novia, es una enemiga», relataba dolido. Siente que se le manipuló: «Mi madre tenía una dependencia excesiva de mí. Se convierte en un problema cuando es un abuso».

El hijo del domador y la vedette describió el calvario que vivía en el colegio cada vez que su madre salía en una portada de una revista. «No es fácil que tus compañeros te digan que se hacen pajas con las fotos de tu madre», se lamentó. Cada vez que su madre desvelaba detalles de su vida privada, él tenía que hacer frente a las preguntas constantes de sus compañeros. «Es cierto que el malo era mi padre. Pero luego empecé a tener más trato con él y empiezas a ver que tu madre cuenta públicamente lo que ha sido su vida y se forma ese revuelo mediático».

«Mi madre nos enseñó de pequeños a distinguir cuando los polvos blancos eran cocaína. Nos decía que la probáramos en la punta de la lengua y que si se nos dormía que tuviéramos cuidado que era una sustancia muy peligrosa». El joven aseguró que su padre «dejaba siempre restos de droga en el baño». Y describió como un «infierno» la etapa de su vida en la que vivieron con el domador, en la que en su casa entraban y salían «prostitutas», «camellos».... «Cogíamos piojos por la gente del circo que le traía la droga a casa. Era gentuza», relaba en una entrevista en la que se mantuvo firme, pero con gesto triste y frío.

«El tema de darme pastillas para los nervios ha sido algo recurrente en mi madre toda la vida. Las benzodiazepinas son muy malas y pueden acabar con la vida de un niño, si te pasas», contó. A lo que añadió: «el problema no era un niño que no era feliz, el problema era una madre que no se ocupaba de su hijo o hija. Que sí, que traía dinero a casa, pero eso no es ser madre».

Recordó los terribles episodios de malos tratos de su padre contra su madre, en los que el domador llego´a «dispararle» con una pistola o echarla de casa. «La niñera, que es la que estuvo ahí, nos llevaba a la habitación para que no pasase nada grave. Oíamos gritos, insultos, golpes.. sentía mucho miedo, miedo a que matara a mi madre...», relataba sin temblarle la voz.

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