Sorprende que Javier García, subdirector de Ficción de RTVE, diga que en su departamento deben «acostumbrarse» a no hacer siempre «ficciones de trece capítulos» y que a lo mejor tienen que «pensar en otro tipo de recorridos». Sorprende una declaración así en un momento en ... que las series gozan de una libertad creativa desconocida hasta hace unos años y que se han quitado de encima corsés.

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Las producciones juegan con los géneros, las tramas y los metrajes, aprovechando los cambios de hábitos y de recepción entre el público seriéfilo. Las comedias se vuelven trágicas cuando menos lo esperas, los 'thrillers' desafían las reglas que marcaron los relatos más clásicos, los dramas no temen recurrir al humor negro si el argumento lo requiere. Nos encontramos con temporadas de tres episodios, de seis o de diez, según lo que requiera la historia; y con episodios que pueden durar veinte minutos u hora y media.

Un ejemplo reciente, 'El ferrocarril subterráneo', estupenda obra de Barry Jenkins sobre la esclavitud, comenzaba con un primer capítulo de 70 minutos, pero el cuarto apenas llegaba a los 40. Supongo que Amazon concedió una libertad al cineasta estadounidense que para sí la quisieran los que trabajan en el ente público, que debe ajustarse a una parrilla más tradicional. Pero eso no debería ser óbice para que en TVE se planteen ser más innovadores con sus propuestas de ficción. Es el momento. Y es la cadena -la pública- más apropiada, sin las ataduras de los compromisos publicitarios.

En la misma rueda de prensa García se refirió a 'El Ministerio del Tiempo' como título de fondo de armario, con el que no saben muy bien qué hacer. La definición no puede ser más desafortunada. La serie de los Olivares es de todo menos prenda básica y pocas se prestan a la experimentación como esta.

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