Evaristo, de La Polla Records: «No me he vacunado porque mi salud es mía»

Un bar de Agurain, El Otxoa, servía de escenario para la charla que Dani Álvarez mantenía con Evaristo Páramos en la nueva entrega de 'El día de mañana'. Una cuidada realización y una conversación fluida animaban a la audiencia a descubrir al vocalista de La Polla Records, que pedía una manzanilla relajante para iniciar la entrevista. El grupo se ha despedido de sus fans y el cantante sostiene que es para siempre. «No me planteo una continuidad. Si paso hambre ya me buscaré la manera de comer», aseguraba.

«El trabajo, en general, está ahora peor que antes. Cuando éramos unos críos, íbamos al curro y podíamos darle un sopapo al encargado y al día siguiente estábamos trabajando en otro sitio. Ahora eso no se puede hacer», argumentaba afirmando que ha habido «un empeoramiento total». Y los políticos no ayudan, según él. «Trump me parece un payaso integral, pero como los otros. Ya no se habla de que Biden metía mano a gente menor de edad, ¿no? Trump y Biden son marionetas de un poder superior. Todos ellos», opinaba. Pero su análisis no se quedaba en lo internacional. «Casi es peor que gobierne la supuesta izquierda. Aquí, desde que empezó el PSOE, comenzaron las leyes de la patada en la puerta, lo de la OTAN… ¿Queréis chupar del bote? Pues a cumplir», ironizaba.

Evaristo no esconde su ideología. «Cuando me preguntan a quién votaba me gustaba contestar: a los violentos. Quedaba mono en mi currículo», manifestaba. Y lo razonaba: «En realidad me la pelan todos. Siempre he votado a los violentos y no lo considero un partido. Ahora son un poco menos violentos, de hecho no son violentos. En realidad nunca lo fueron. Me parecía que era gente que tenía más razón y era una cosa increíble, se suponía que no se podía ser independentista y de izquierdas. Eso estaba prohibido por las demás izquierdas cuando era un crío».

Álvarez paseó con el músico por las calles de su pueblo evocando sus inicios. «Era un empolloncillo. Hasta los catorce años me creí la vaina, que lo que había que hacer en la vida era estudiar para tener una profesión y llevar una buena vida. A los quince me fui al instituto en Vitoria y me di cuenta de que podía ser libre como un pajarillo», recordaba. Y de la capital alavesa a trabajar en un garaje de su pueblo. «Éramos un grupo de garaje porque todos trabajábamos en uno», explicaba. Una cinta de una banda sueca que versionaba a los Rolling Stones y un disco de Pink Floyd cambiaron su rumbo de vida. «Vivimos mejor que lo que dicen nuestras letras. No nos ha ido mal en la vida, hemos vivido de criticar a la sociedad», admitía.

En una de sus canciones, Evaristo reivindica la «soberanía personal». El periodista quiso saber si eso era incompatible con lucir una camiseta con la figura de un político. «Puedes querer la soberanía personal y estar de acuerdo con un tío que quiere la paz. He comido con (Arnaldo) Otegi y me parece un señor. Creo que le metieron en la cárcel por pedir la paz. Mogollón de personas a las que he visto en la tele llamándole asesino son basura», proclamaba.

La pandemia también ha marcado al artista vasco. Hace unas semanas, el Gobierno vasco multó con 6.000 euros a la promotora que organizó su concierto por saltarse todas las restricciones anti-covid. «¿Por qué nos fiamos de las multinacionales químico-farmacéuticas? Es una cosa que se me escapa», cuestionaba y se sinceraba a la hora de decir que no se ha vacunado «porque no he querido». Y argumentaba: «No pienso que te vayas a morir por la vacuna ni nada de eso, simplemente creo que mi salud es mía. Yo también he aceptado las normas. Llevo mascarilla y todo ese rollo. Creo que he sido demasiado respetuoso, aunque desde pequeño me molesta que me manden», puntualizaba. Y a la pregunta de si hemos salido mejores personas de esta no hacía falta respuesta. Una peineta lo decía todo.

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