La prueba de 'El conquistador del fin del mundo' que provocó el pánico de una concursante

El frío y el hambre son los principales enemigos de los y las aspirantes a 'El conquistador del fin del mundo'. Cada vez son menos y son conscientes de ello, por lo que las estrategias varían y cualquier detalle se antoja importante. Como, por ejemplo, elegir a los guías que iban a conducir al equipo contrario. Un correo anunciaba que se avecinaba un desafío importante y los Cóndor optaron por señalar a Luisito, mientras los Piche se decantaban por Bego. Ellos eran los encargados de dirigir a su grupo subidos sobre unos carros de bueyes, pero sin bueyes. En ningún momento podían tocar el suelo y el resto tiraba del vehículo por un complejo circuito. Y en el camino, había que recoger unos fardos de paja que les podían ayudar a alcanzar un banderín situado a una altura considerable. 

Los azules arrancaron con ventaja, pero no tenían el carro correctamente montado. Marcha atrás. El desatino provocó que los verdes les adelantaran, pero poco duró la alegría en el conjunto color esperanza, un equívoco en la ruta les hizo retroceder, hecho que aprovecharon sus contrarios que ya no perdieron la ventaja hasta el final. Los azules conquistaron el podio y a Locuras no le sentó nada bien la actitud de alguno de sus pupilos. «Había gente mirando», recriminaba el capitán verde. «La gente se ha dormido en los laureles», criticaban los que sí habían peleado. Patxi Alonso comentó la jugada. «Te he visto un poquito enrabietado», apuntó dirigiéndose a Locuras. «Pues, hombre, es que parecía que no tenían hambre de ganar. Y te chinas», aducía el de Miranda de Ebro. 

Como vencedores, los Piche pintaron la cara a Huido y le dieron la inmunidad a Txampi. En la asamblea, los verdes dominaron las votaciones y la perjudicada fue Iara. Quedaba el voto de Locuras. «Desde el principio hemos jugado a ganar, pero ahora hay que pensar en el equipo. La situación ha cambiado bastante y no quiero que nadie se raye», explicaba el líder Cóndor apuntando a Irene. «Llevo desde hace mucho tiempo jodida de la pierna y cuando una está coja se nota, pero voy a ir a luchar a tope», avisaba la joven. 

Llegados al duelo, tocaba un reto de resistencia máxima. Tan solo había una cuerda colgando de un puente con un nudo debajo. El juego consistía en aguantar el máximo tiempo posible con los pies apoyados en el nudo. Paciencia y sufrimiento eran la receta, pero no contaban con que una de las participantes sucumbió al pánico. Irene cayó a las primeras de cambio. La aragonesa tuvo un ataque de ansiedad. «Tenía miedo desde el principio», justificaban sus compañeros. «Le ha entrado el agobio. Le daba mucho miedo la altura y, sobre todo, la corriente del agua», argumentaban. Ella asentía llorando. «Desconocíamos, de corazón, el tema del vértigo», comentaban solidarios los presentadores. «Lo peor era el agua y he estado entrenando la cabeza para superar el miedo, pero no he podido», se lamentaba Irene que abandonaba con la cabeza bien alta la aventura. 

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