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Tamara Falcó, demoledora con Iñigo Onieva: «El vídeo y las mentiras iban unidas, y hay mucho más»

La hija de Isabel Preysler desgranó su 'semana horribilis' y desvela cómo dejó a su ex: «Dejé el anillo encima de una mesa, cogí a mis perras y me marché»

Viernes, 30 de septiembre 2022, 00:56

«¿Qué ha pasado hoy que hay como una especie de expectación?», bromeaba Juan del Val al comienzo de la tertulia en la que todas las miradas estaban puestas en Tamara Falcó. «La semana pasada estabas eufórica y feliz, y después nos fuimos ... a la fiesta de inauguración de la casa de Jorge Ventosa y ahí empezó a pasar todo», arrancaba Pablo Motos. Y es que hace solo siete días, la hija de Isabel Preysler anunciaba la fecha de su boda en ese mismo escenario, pero todo ha cambiado drásticamente tras airearse los vídeos de su novio, Íñigo Onieva, besando a otra mujer.

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«De repente empezó a rular por whatsapp un vídeo. Yo estaba en mi nube y no lo vi hasta el día siguiente. Ahí ya me empecé a preocupar», comenzaba Tamara. El presentador compartía su experiencia en aquella fiesta. «Yo también estaba e Íñigo se empezó a poner un poco nervioso», descubría. «Yo pensaba que era porque no encajaba mucho con vosotros», disculpaba la afectada. Y seguía: «Me dijo que estaba rulando un vídeo y le dije que se olvidara. Luego se complicó todo. No sé si habéis librado la fecha del 17 de junio. Ya está libre», anunciaba Falcó.

«La coartada seguía siendo que era de 2019. Y él lo defendió perfectamente ante los medios. Mi madre era la que nos había dicho que se estaba montando una tremenda y que lo contásemos. Y salió y lo dijo», relataba Tamara sobre la primera aparición ante las cámaras tras el escándalo. «Ya estaba hecho. La vida volvía a ser preciosa. Y cuando volvemos, llamo a mi madre súper contenta y me dice que había más vídeos, pero me seguía diciendo que era de 2019. Así que, como estaba en una boda, le dije a mi madre que ya habían llegado muy lejos y si no era de 2019 iba a salir. Mientras tanto te pido que como Iñigo es mi prometido le creas a él. Y si no, no te preocupes que voy a tomar la decisión correcta», recordaba.

Pocas horas después la credibilidad del joven empezó a estar comprometida. «Cuando empecé a ver que flaqueaba, pensé que no iba a pasarme todo el día encerrada con un señor con el que no tengo nada en común. Dejé el anillo en la mesa, cogí a mis perras, vino una amiga a por mí y me fui a casa de mi madre. Y empezó a salir todo», evocaba. La entrevistada echó entonces el freno de mano. «No quiero seguir por todo lo que ha sido verdad, que ya no sé qué porcentaje es. No es mi estilo, no voy a seguir hablando de lo que pasó. Lo único que sé es que es un alivio porque tuve que retratar a una persona con la que me iba a casar. Es una decepción porque es una mentira tras otra. Me voy a quedar con lo bueno», argumentaba. 

Católica practicante y confesa, la hija del marqués de Griñón también ha echado mano de su fe en estos momentos. «¡Claro que me refugié en Dios!», exclamaba. Y recuperaba una anécdota. «Le pedí una vez a la Virgen que, si no era el hombre para mí, que por favor me lo quitara. Lo que no sabía es que los planes eran hacerlo en la televisión nacional. Esto igual lo tenía que haber especificado», bromeaba. Pero recuperaba la seriedad. «El vídeo y las mentiras iban unidas. La relación tenía que ser basada en la confianza. Tú puedes ir al mismísimo infierno y no hacer nada malo, pero cuando rompes el espejo ya no puedes repararlo. Hay muchísimo más y yo no tenía ni idea. Gracias a mis amigos por hacerme ver con quién me iba a casar porque me he librado», aseguraba. Tamara tiró de sentido del humor para acabar la charla. «Mi hermano Enrique me dijo que tenía un novio ruso para mí», descubrió entre risas.

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