Se planteaban un inicio feliz. A bordo de un mítico tren – «así empezamos hace veinte años», comentaban los 'repetidores'-, los tres equipos se iban acercando a lo que ellos creían sería el comienzo de una aventura común. Nada más lejos de la realidad. 'El conquistador del fin del mundo' siempre sorprende y en su vigésimo aniversario no iba a ser menos. Un asalto al tren en plan película del Oeste impactó al personal. No solo por lo cinematográfico, sino también por su ferocidad. Más de una persona salió magullada por enfrentarse a los forajidos que se llevaron a dos miembros de cada grupo.
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Los primeros en caer fueron Leire y Eneko, de los azules. Nadie se presentaba voluntario y ellos fueron los únicos que se postularon. Mala decisión, a tenor del resultado posterior. Andrea y Durana chocaron cuando sus compañeros se marcharon. «Eres una falsa», afeaba la primera acusándole de conspirar para nominar a algunos compañeros. «Andrea se ha cagado», opinaba Arantxa porque su rival había eludido la llamada de los bandidos. Quienes no la evitaron fueron Iagoba y Potxi, del equipo rojo. Huido y Ari, fueron los destacados verdes.
Las caras de los seis voluntarios se transformaron cuando se encontraron con Patxi Alonso y Lur Errekondo y les informaron que debían enfrentarse a un duelo en el que uno de ellos sería expulsado. Los jóvenes decidieron que, si perdían, se iba Ari. Los Puma eligieron a Potxi. Y los veteranos no lo tenían claro, al final fue Leire la que se ofreció. El reto consistía en rescatar tres troncos sumergidos bajo el agua, uno de cada pareja. Luego tenían que trasladarlos a un caballete, subirlos a la estructura y contar serrando una pieza de tronco. El primero en acabar, ganaba el desafío. «Se les ve un poco pipiolos», comentaba Leire ante Eneko apuntando a la pareja Condor. No lo decía con mala intención, pero los 'pipiolos' callaron bocas.
La fortaleza de los rojos hizo que fueran los primeros en colocar el madero y empezar a serrarlo, pero les falló la técnica. Los Piche fueron los segundos en sacar el tronco del lago, pero se complicaron a la hora de subirlo al caballete. Los benjamines iban más despacio, pero colocaron la pieza y su destreza a la hora de cortar el leño les condujo a la victoria. A los azules les costó una barbaridad aupar el tronco y eso les llevó a la perdición. Leire, ya expulsada, no podía evitar el llanto. «¡Puta mierda, tío! Nadie se merece esto», exclamaba enfadada. «Quería llegar a la final y demostrar muchas cosas, pero da igual lo que diga, me voy a casa», manifestaba desilusionada. «El problema es que nadie quería venir», criticaba Eneko señalando a algunas compañeras.
Patxi Alonso empatizaba con la eliminada. «Es un palo gordo», consolaba a Leire, antes de opinar: «El duelo de azules ha sido en el tren». Van Horenbeke asentía con la cabeza. «Hemos venido los pardillos y nos ha tocado», asumía triste.
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Ya en el tren, los verdes celebraron la victoria, los rojos torcieron el gesto y los azules no ocultaban su decepción. Durana afeó la conducta de Eneko por permitir que su compañera se ofreciera voluntaria para la expulsión. Y el Piche estalló. «Durana ha escondido el rabo, ahora que no eche en cara nada. Te he ofrecido venir conmigo y no has querido. A mi edad no me voy a calle ni media. Vete a paseo», acusaba indignado. La joven rebatía. «Está enfadado porque sabe que ha hecho algo muy feo», valoraba.
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