Es el cantante de trap argentino más escuchado del mundo. Duki, que actuará en el próximo BBK Live de Kobetamendi, aterrizó en 'El Hormiguero' para promocionar su nuevo single, 'Si me sobrara el tiempo'. El artista está acostumbrado a llenar estadios colosales, aunque la primera ... vez no fue fácil. «El primer día estaba muy tranquilo y cuando salí me quedé totalmente en shock al ver a tanta gente. Era muy loco. Trataba de cantar, pero no me podía concentrar. Fue muy complicado», recordaba. Y añadía: «Cuando estás ahí parado te sientes muy chiquitito».
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El éxito de Duki es mundial y el joven no acaba de creérselo. «Todavía sigo pensando que esto es como Matrix, no me lo creo», afirmaba. Los inicios del intérprete fueron pasito a pasito. «Fue un proceso. Hacía batalla de trap improvisando y un día gané una competencia. El premio era una grabación en un estudio. Grabé una canción y tuvo como dos millones de reproducciones en un mes. Eso fue muy surrealista», evocaba. Llegó la fama y la repercusión económica. «Con el primer dinero que gané, agarré una bolsa del supermercado, metí como 300.000 pesos y llamé a mis padres para dárselo. Me dijeron que con esa plata no podían hacer nada. Y ahora mi familia trabaja conmigo», explicaba.
Sus seres queridos le arropan en su oficio y le bajan a tierra si pierde el norte. «Tengo mis desmadres. Tengo bastante carácter y soy picante. Es bueno que estén a mi lado para que me puedan agarrar», exponía. Y es que antes de dedicarse a la música era un chico un poco problemático. «Y sigo siéndolo, pero todas las personas tenemos cosas que nos motivan y hacen que nos sintamos contentos. Ahora que soy más mayor, he cambiado mis prioridades. Por ejemplo, empecé a jugar al pádel y a medida que mejoró me siento mejor», describía.
Si algo caracteriza a Duki son los tatuajes que lleva en el rostro. «Tienen que ver mucho con la identidad. Toda la vida soñamos con que la gente nos vea como queremos que nos vean. Y a mí, estéticamente, me parecía místico, una forma de diferenciarme. Me van a ver como yo quiero que me vean. Y con 19 años ya empecé con la dualidad. Por eso llevo debajo de los ojos un ángel y un diablo», declaraba. Ya son 31 los 'tattoos' que porta. «Cuando me hice el primero, mi madre no se lo tomó muy bien. Pero el problema fue el segundo porque me lo hice en los nudillos. Me dijo que no iba a encontrar trabajo nunca», comentaba entre risas. Ahora parece que ya ha frenado su afición. «No me tatúo desde hace un año más o menos», apuntaba.
La estrella de la música urbana asegura que cree en la energía de las personas. «Cada uno tiene su fe. Si crees en algo y te convences y trabajas por ello con mucha disciplina y voluntad, esa magia funciona. Si no te lo crees tú, no te va a creer nadie», filosofaba el cantante que reconoció que solo tiene dos trajes. «Son de dos bodas a las que me invitaron», remataba.
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