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La tele de los años 90 y principios de los 2000 está abasteciendo muchos de los contenidos más exitosos de las plataformas actuales. Sucedió con 'El caso Alcàsser', en Netflix, que se nutrió de los contenidos habituales en espacios como 'Esta noche cruzamos el Mississippi', ' ... Quién sabe dónde' o 'De tú a tú'. Y ha ocurrido ahora con el documental en el que Dolores Vázquez habla por primera vez, 22 años después de ser condenada por un delito que no cometió. Hubo un juicio previo a llegar a los tribunales y se dirimió en platós como el de María Teresa Campos, donde cada día se repasaba la actualidad sobre el caso y se señalaba con el dedo a la sospechosa.
Aquella fue una pena tan terrible como la que vivió después entre rejas. La serie en la que narra su historia -en la que se repasa todo lo sucedido en torno al asesinato de Rocío Wanninkhof y se da voz también a su madre- es una estupenda oportunidad de conocer el reverso de un suceso, plagado de excesos, en el que se juzgaron factores que iban más allá del crimen. No deja de ser curioso que detrás del proyecto estén Toñi Moreno y la productora de Ana Rosa Quintana, que siguen incurriendo en prácticas similares hoy en día, desde los programas que presentan.
Telecinco emite mañana el primer capítulo de esta producción, que ya está disponible entera en HBO. Las nuevas emisoras recurren a las antiguas para lograr una repercusión mayor. Han venido a reinventar todo, pero necesitan a sus hermanas mayores.
En Mediaset, por cierto, se sigue incurriendo en muchos de los atropellos que precisamente denuncia esta serie. Allí continúan poniéndose la toga y dictando veredictos a su antojo, según lo bien o mal que caiga un protagonista.
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