![Diez momentos extremos de Iantzi en 'El Conquistador'](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201906/10/media/cortadas/Monos-kniH-U80456001384kFG-624x385@El%20Correo.jpg)
![Diez momentos extremos de Iantzi en 'El Conquistador'](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201906/10/media/cortadas/Monos-kniH-U80456001384kFG-624x385@El%20Correo.jpg)
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1
«Me acuerdo de aquella asamblea solo con Korta... Cuando él se iba a ir, cuando lloró delante de todos. Estaba hundido, no podía con el equipo, veía que no podía liderarlo, que sobraba. Y le salió toda esa impotencia, esa tristeza... Fue muy heavy, ... yo estaba allí y notaba esa emoción, esa tensión, veía a mis compañeros del equipo llorar. Korta nos apretaba mucho en el programa pero es un gran tipo y se le quiere. Me acuerdo de esa asamblea con él y se me ponen los pelos de punta. Fue una pasada».
2
«Estar tanto tiempo fuera hace que en casa te pierdas muchos momentos, el primer diente de tu hijo, cuando echa a andar... Así que cuando llegas a casa.. Es una gozada. Cuandos mis hijos eran pequeños me preparaban un recibimiento con globos, con dibujos... 'Maite zaitut aitatxo', 'Onena zara'... Esos momentos te marcan y te llegan muy hondo. Eso sí, cuando vuelvo a casa o hay un bacalao con tomate con fundamento y patatas fritas y un rico café cortado luego o no entro, por mucho que les quiera, jaja. A los chavales se les echa mucho de menos pero curiosamente la vez que peor lo he pasado no ha sido estando en Argentina, será porque cruzas el charco y te mentalizas. La vez que más les añoré estaba en Madrid, desayunando solo en una cervecería alemana y aprendiendo un guion, tenía un agobio terrible porque había que memorizar mucho texto. Entonces entró en el local una madre con su niño de la mano y me vino a la vabeza mi crío, que entonces era pequeño y me entró una cosa dentro... Pensé: '¿ya me merece la pena esto? estar todo el día fuera, perderme todo esto, tener estos agobios... Tuve que llamar a casa y desde allí me animaron. Estando fuera se agradecen mucho las conversaciones por skype con los tuyos. Recuerdo una vez que estábamos haciendo una prueba en la nieve, cagados de frío porque llevábamos un montón de tiempo allá y me llaman de repente porque se había casado un primo mío. Me llamaban desde el restaurante, se oía la música, me mandaron fotos tomándose gin tonics y yo decía: 'La madre que los parió'. Allí estaba yo chupando un frío y me imaginaba en la boda con los míos, todo caliente en todos los sentidos, jajaja.».
3
«David Seco ganó su edición en Iguazú y al levantar la ikurriña le dedicó el triunfo a su hermano. En realidad era el hermano el que quería venir a 'El Conquistador' pero falleció y Seco participó para rendirle homenaje. Estaba viendo ese momento con Patxi y nos emocionamos los dos. También hubo otra final muy emotiva, la de Nakor. Esa fue en el glaciar Perito Moreno. En esa edición hubo un concursante, Etxe, que fue porque a su hermano, que había muerto, le gustaba mucho el conquis y le habría gustado participar. Pero Etxe se lesionó y tuvo que abandonar. Entonces le entregó una cosita de su hermano a Nakor y le pidió que si ganaba se acordara de él. Ganó Nakor y tuvo la sangre fría de acordarse del encargo de Etxe y le rindió homenaje a su hermano. Tuvo unas palabras muy bonitas. La tercera final que recuerdo como más especial fue precisamente la primera, la que ganó Eneko, la de Usuhaia. Era la primera vez que salíamos de casa para hacer un 'reality', una gran producción con la que íbamos a lo desconocido. Tuvimos mil problemas, un motín... y llegar a esa final en ese sitio tan bonito... Tengo la imagen de Eneko con la ikurriña grabada en la retina».
4
«En Iguazú estuvimos con los guaraníes, que me enseñaron a estar tranquilo y a saber escuchar. No hacían nada y yo les decía: '¿Qué hacéis?'. 'Escuchar'. '¿Y qué escucháis?'. 'Lo que nos habla la naturaleza'. '¿Y qué os dice?'. 'Ponte aquí y escucha. Cuando te fijas en el árbol en su conjunto no te fijas ni en las ramas ni en las hojas. Pero si vas a la hoja verás la hoja. Aquí hay un montón de sonidos que se mezclan. Tú tienes que buscarlos. Vamos a buscar un pájaro, el baile de las hojas, el ruido de las cataratas de fondo...'. Y en esa búsqueda de los sonidos te entra una relajación... Una chica argentina nos decían así en plan un poco despectivo: 'Estos guaraníes están todo el día dale que te pego, no tienen más que hijos y encima no tienen recursos. Por más campañas que les hacemos de preservativos no hacen ni caso'. Yo le pregunté a Karai, uno de los guaraníes con los que estábamos en contacto y que tenía 23 años, a ver cuántos hijos tenía. Me dijo que siete. '¿Y cuántos quieres?'. 'Los que vengan'. '¿Tantos? Hay que darles un mínino...'. Y me explicó que en su sociedad los mayores aportaban la sabiduría, que ellos eran la correa de transmisión y que los niños les indicaban cuándo tenían que irse de un lugar. 'Cuando un niño es feliz, juega y se divierte y no enferma es que el lugar está cargado de energía positiva, pero cuando el niño empieza a aburrirse, a enfermar, cuando ya no se divierte... es indicativo de que hay energía negativa y de que es el momento de irse. Como somos nómadas, cambiamos de lugar y los chavales nos ayudan a saber cuándo es el momento'. Y luego está todo el tema del la ecología y el desarrollo sostenible, que parece algo muy moderno, pero que los guaraníes llevan siglos haciéndolo. Ellos cazan durante un tiempo concreto del año y el resto lo dejan para que la naturaleza se vuelva a repoblar. Y cuando ponen la trampa en un sitio y han atrapado ya seis o siete animales cambian la trampa de lugar para que la zona se pueda repoblar. No son depredadores que cazan a destajo. Tienen los alimentos ahumados para que les duren todo el año, sus sistemas frigoríficos con frío en la tierra... No viven con estrés, no tienen más de lo que necesitan. Estás con ellos y bajas el ritmo. Dicen, por ejemplo, que ellos no van a la catarata de Iguazú por el ruido, porque hay demasiada energía. Ellos captan esa energía, lo perciben todo. Pero nosotros esa habilidad la tenemos perdida porque estamos siempre con máquinas».
5
«Nos echamos una risas terribles. Estábamos en Iguazú y les pusimos a Kuanito y a Korta los taparrabos que llevaban las tribus de allí, el 'chiripá' que les dicen. A ellos, al principio les hizo mucha gracia y esa noche se acostaron bromeando delante de la cámara, con mucho cachondeo: 'Ay, el chiripá, qué bueno', decían. Pero a la mañana siguiente la estampa era otra: 'Me cago en el ... 'chiripá''. Menuda risa nos dio. Juanito y Korta han hecho una pareja fantástica. En lugar de haber tirantez y lío entre ellos en el programa siempre han hecho piña y han aunado fuerzas para ir contra nosotros. ¡Menuda guerra nos han dado! Jaja».
6
«Motines ha habido varios, pero como el del año que ganó Lurdes... Iker, un chico que era veterinario y Boni, el de barbas se escaparon, entraron en un sitio que no tenían que entrar, bebieron un poco más de la cuenta y hubo una serie de destrozos. Les íbamos a castigar echándoles del concurso pero entonces el equipo hizo piña y casi abandonan todos. El programa estuvo a punto de terminar antes de tiempo. Celebramos una asamblea y el veterinario dijo que él solo se responsabilizaba de lo que hacía él. Vimos ahí un hilo del que tirar, mandamos a todos al campamento y nos quedamos con los tres que habían causado el problema. Les pedimos que arreglaran entre ellos quién se iba y el veterinario y Boni nominaron a Iker, que abandonó la aventura, mientras que los otros dos volvieron al campamento. Fue un momento delicado porque nos vimos fuera. Pero nunca podemos aceptar un chantaje porque entonces los concursantes sabrían que eres débil y habría siempre chantajes. Aquella vez no nos doblegamos y nos salió bien la jugada pero pasamos un momento...».
7
«Tuvimos que rescatar a Mikel Goñi porque presentaba un cuadro de neumonía con legionella. Cuando lo llevamos al hospital estaba pachucho y cuando ves a una persona así enferma se te queda un mal sabor de boca... La legionella no existía en Argentina y los médicos decían 'uff', a punto de poner todo en cuarentena y parar la grabación. Menos mal que la cosa no fue a mayores y Goñi, que es muy fuerte, se recuperó y solo estuvimos parados unos días. No fue culpa nuestra, probablemente Goñi cogió en Euskadi la legionella, la incubó aquí y luego le brotó allí. Luego llevamos a Korta para que le sustituyera».
8
«A un equipo se les quemó la chabola con toda la ropa dentro. Afortunadamente ellos pudieron salir pero no supieron apagar el fuego, no fueron responsables y se quemó todo. Para colmo, al día siguiente era la unificación y tenían que ir a la nieve y estaban sin ropa. Era un domingo y estaba todo cerrado, así que nuestro productor de allá, el encargado de logística, el gran Walter Torres, que tiene muchos contactos, consiguió hablar con una tienda de deportes que estaba cerrada y nos consiguieron ropa, no todo lo que necesitábamos pero bastante. Lo triste es que los concursantes, a los que deberíamos haber dicho: 'Ala, os fastidiáis por no haber cuidado de la ropa, que ya sois mayorcitos', en lugar de agradecernos que les volvieramos a dar material todavía se quejaban, que si me falta no sé qué, que si estas botas me van pequeñas...».
9
«El equipo de Juanito había ganado una prueba y uno de los premios que había era whisky. Juanito es un enamorado del whisky y a veces hacemos ese guiño, tenemos ese detalle. Siempre le decimos: '¡Juanito, con moderación!'. Pero es superior a él y como el whisky te da alegría... Que bastante canutas la pasan allá. Encima Juanito no tiene ni resaca, lo pasa bien en el momento, se echa a dormir y al día siguiente se siente como Dios. Juanito vacilaba con Korta y decía: '¡Qué contento estoy!'. Fue muy muy divertido».
10
«Fue un momento que al principio resultaba muy gracioso pero que al final acabó siendo una cosa muy latosa. Resulta que a Korta le desaparecieron los pantalones. Él pensó que habíamos sido los de producción para fastidiarle y empezó a boicotearnos. No quería hacer los juegos y estaba todo el día con los dichosos pantalones. No había más tema y ojo que hay que aguantar a Korta enfadado. Al Korta verdadero, como dice él... Verle encabronado a un metro de distancia con el tamaño que tiene impresiona. Al final se aclaró el asunto de los pantalones. Los había cogido un chico de otro equipo por equivocación y ni se había dado cuenta. Pero menuda lata...».
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