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Nunca se sabe cuándo o dónde se va a producir la sorpresa, y esa es una de las claves del éxito de 'Tu cara me suena'. La gala dedicada a Eurovisión estuvo jalonada de buen humor, dignas imitaciones y algún que otro momento ... emotivo. La esencia de este programa es la verdad. Por supuesto que hay guión, pero hay momentos que no se pueden escribir. La reacción de Lolita a la actuación de Diana Navarro, por ejemplo. La cantante malagueña debía ponerse en la piel de Pastora Soler para emular su actuación en Eurovisión con el tema 'Quédate conmigo'. Cabe señalar que la artista original también estaba en el plató, con lo que eso conlleva de responsabilidad añadida. Bien, pues tras los lógicos abrazos, felicitaciones varias y lisonjas notables, aparece Lolita hecha un mar de lágrimas. «Me llevo un recuerdo maravilloso de esta noche», explicaba realmente emocionada. Existe una química tan especial entre concursantes y jurado, entre todos, que son capaces de olvidar por un instante el puesto que les toca y mostrarse sin careta. Da igual las cámaras. Si hay que llorar, pues se llora.
Llácer, por ejemplo, no fue tan elocuente como su compañera de tribunal, pero verle descalzo sentado en la mesa, contemplando con mirada feliz la actuación de Fran Dieli, decía más que cualquier palabra. Y el desprendimiento de máscaras es lo que hace especial a este espacio. Y eso que a Dieli luego no le valoraron en exceso. Le tocó encarnar a Ruth Lorenzo y el joven hizo lo que pudo sosteniendo un complejísimo falsete. «Cada día me alegro más de que estés aquí», le dijo Ángel. «Yo no sabía cuánto necesitaba estar en este programa», respondía él. Otra de sinceridad.
Más emociones. Raúl Pérez fue el gran triunfador de la semana gracias a una estupenda 'clonación' de Sergio Dalma. Su 'Bailar pegados' fue tan estupendo que se llevó el gato al agua. Y el cómico, cuando iba a decir la asociación a la que donaba los 3.000 euros de su logro (el Grupo Español de Tumores Genitourinarios), tuvo que parar porque la emoción le embargaba y un nudo en la garganta le impidió continuar. Fuentes estuvo al quite e informó al respetable: «En casa tenéis que saber el buen rollo que genera este hombre», desveló. Porque es importante conocer lo que ocurre tras las cámaras para comprender lo que vemos delante de ellas. Aquí no es necesario enfadarse en serio y convertir el cabreo en 'anzuelo'.
Roko, la invitada especial de la noche, se trasladó hasta el Festival de Eurovisión de hace dos años para interpretar el tema ganador, '1994', convertida en Jamala. Y de nuevo surgió la espontaneidad. La cantante ya es «de la casa», como afirmó Manel a la hora de presentarla, y fue Llácer el que, una vez más, apeló a la realidad. «Tú no repites, no copias… Eres verdad», piropeó.
Miquel Fernández, que dio vida a Domenico Modugno, y Pepa Aniorte, que emuló a Salomé con su 'Vivo cantando', destacaron por arriba en las votaciones. La Terremoto, Lucía Jiménez, Lucía Gil y David Amor ocuparon las últimas posiciones. Arriba o abajo, da igual. En clave de risa o en plan más serio, todos forman parte de un engranaje que conecta con el espectador. Lo de ayer fue una fiesta, y eso que la gripe había hecho estragos porque Lolita, Diana Navarro y Lucía Gil estaban para el arrastre, pero estaban que es lo que cuenta. Dedicar el formato a Eurovisión (más de moda que nunca) fue un acierto porque generó un cachondeo al que nos invitaron a todos. Quizá deba ser así siempre, a fin de cuentas la competición no tiene tanto interés como el espectáculo.
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