El deseo oculto de Rocío Flores en 'Supervivientes'

El futuro próximo puede cambiar para la hija de Antonio David. «Me gustaría tener un bebé antes de casarme», lanzó Rocío explicando que uno de los días más bonitos de su vida fue cuando acudió a la boda de su padre, por lo que le encantaría que su hijo acudiese a la suya. «¿Y será pronto?», demandó Jorge Javier interesado. «Por mí, dentro de un año, cuando acabe mis estudios», resolvió ella convencida. El periodista también quiso saber si «sigue caliente» en la isla. Sonrojada, Rocío replicó que sí, aunque pronto expresó su vergüenza, sobre todo por lo que pudieran pensar sus suegros.

La que se cogió un berrinche importante fue Ana María Aldón. José Antonio Avilés jugó con sus compañeros a saber si habían sido o no infieles y cuando le preguntó a la mujer de Ortega Cano se lió parda. «¿Eres tonto o qué te pasa?», interpeló ella soliviantada. El colaborador de 'Viva la vida' trató de quitar hierro al asunto, pero la empresaria mostró su cabreo avisando al periodista de que antes de realizarle preguntas así se lo pensara dos veces. Ana María protagonizó otro de los momentos estrella de la gala. Resulta que una noche se topó con un centollo y no paró hasta cazarlo. Lo malo es que despertó a varios de sus compañeros en el intento y, cuando fueron a ayudarla, reaccionó de forma «rara», según ellos. «Te juro que creo que está dormida», manifestaba Cristian asombrado. Y Rocío no podía evitar la risa. «Hacía cosas muy raras… ¡reptaba!», exclamaba jocosa la joven. Aldón admitió que era sonámbula, pero insistió en que precisamente esa noche estaba muy despierta.

Por lo demás, Bea Retamal y Antonio Pavón fueron los elegidos por la audiencia para ser expulsados. Ambos fueron desterrados a Playa Desvalida junto a Yiya y Vicky Larraz. Al final, el público expulsó definitivamente del concurso a Bea. Ferre se convirtió en el nuevo dios de la isla y Cristian, Ana María, Alejandro Reyes y Fani son los nuevos nominados.