Daniel Craig recuerda cómo fue escoltar a la Reina Isabel II como 007

«Yo estaba muy nervioso, ¡era la reina!», exclamaba Craig en 'El Hormiguero', donde acudió para presentar la segunda parte de 'Puñales por la espalda'. El intérprete aseguraba que no tiene nada que ver con Bond, aunque le comparan con él constantemente. «La gente se confunde. Soy el típico tío que da el pego, pero no», resolvía simpático. Y ponía ejemplos. «Lo mejor es cuando, a las nueve de la mañana, estoy haciendo una entrevista en un sitio donde hacen Martinis y me sirven uno. Suelo decir que es demasiado pronto», explicaba. Lo de 'agitado, no revuelto', mejor dejarlo para horas más intempestivas.

Craig no puso pegas a la hora de narrar cómo fue para él la despedida de 007 en 'Sin tiempo para morir'. «La última toma fue muy emocionante. La historia en sí de la película es bastante impactante. Yo me siento muy afortunado de haber podido interpretar a ese personaje durante todos estos años y quería que esa última experiencia fuese lo más emocionante posible para mí y para todos. Me siento terriblemente agradecido», comentaba. Pablo Motos afirmó entonces que en todas las películas de Bond en las que ha trabajado se ha lesionado, suele ser algo que acompaña al actor porque en 'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion' también se lastimó. Lo que ocurre es que, esta vez, su compañero de reparto también cayó. «Dave Bautista es una de las personas más maravillosas y más divertidas del mundo. Yo estaba haciendo una secuencia de lucha con él y me tiró contra una pared. Se me rompió la rodilla, pero bueno, no pasa nada. Lo que pasa es que luego, cuando me recuperé y volvimos a hacer la escena, yo le di un puñetazo y le rompí la nariz. Salí corriendo y me escondí», descubría provocando las risas del respetable.

En sus ratos de ocio, Craig procura divertirse a tope. En el rodaje de 'Puñales por la espalda 2', el equipo estuvo recluido por la pandemia y Kate Hudson propuso jugar al Cluedo los fines de semana. La actriz y sus compañeros se tomaban bastante en serio el juego, pero Daniel no acababa de implicarse. «Era horroroso jugando. A mí lo que me gusta es beber, reírme… y lo de jugar al Cluedo… no», reconocía. En cualquier caso, se sumaba al recreo. «Era la noche libre y nos lo pasábamos genial», aseguraba.