Dani Álvarez: «Me molaría que me mataran de una forma salvaje en una película de terror»

-¿Qué hace un chico de informativos en un programa como este?

-¡Buena pregunta! Mi primera reacción cuando me lo plantearon fue decir dónde estaba la cámara oculta. Me lo tomé a broma porque su papel es insustituible, él tiene un conocimiento enciclopédico. Tras entender la mecánica del programa y en qué consistiría mi papel, me lo empecé a plantear. Sucedió lo mismo con 'El lector de huesos', aquello tenía un perfil completamente distinto al informativo clásico, resultó bien y con ese precedente me he animado a dar el paso.

-En cualquier caso, supone un radical cambio de registro.

-Totalmente, sobre todo porque hay una cosa que sólo Félix posee y es un plus de credibilidad. Nadie va a ocupar ese espacio. Afortunadamente, detrás de 'La noche de…' se encuentra un equipo fabuloso que me lleva en volandas. Mi misión será la de poner la guinda a ese trabajo, y el gran reto radica en no convertirme en un imitador de Linares.

-¿Tiene miedo a proyectar una imagen más desenfadada?

-No me da ningún miedo, es más, eso es lo que me pone, aunque sé que puede chocar. Es una manera de demostrar mi versatilidad.

-¿Seguirá la estela de su predecesor o introducirá un estilo propio?

-No lo sé, en el equipo tenemos un debate abierto al respecto. Quieras o no, la transición será traumática para el público porque durante 28 años se han hecho las cosas al estilo y medida de Linares. No puedes llegar y romper, pero tampoco puedo ser él. Hay que buscar un camino nuevo que recoja la herencia y, de algún modo, que se vea que ya no está, que estoy yo. Estableceremos un tiempo de prueba-error, ver cómo la gente lo encaja y, a partir de ahí, aplicar las modificaciones.

-Se incorpora a un programa con casi tres décadas de vida.

-Eso ya no existe. Hoy la televisión es una trituradora de programas y presentadores. La gran incógnita es saber si puede sobrevivir sin Félix. Él se despidió tras 1.500 programas y con liderazgo absoluto. Es como si te llaman para sustituir a Messi.

-Hablamos de un espacio de cine en el que, a menudo, el público privilegia la introducción sobre la película posterior.

-Tiene un ritmo vertiginoso, proporciona mucha información en muy poco tiempo con un encadenado de imágenes casi en formato videoclip. Al público le ofrece conocimiento y entretenimiento. Creo que es precursor de los contenidos en las redes sociales y ha sabido contactar con generaciones muy diversas.

-¿El cine es una de sus aficiones?

-Sí, pero Linares dice que veía cuatro películas semanales y es imposible seguir ese ritmo. Mis energías están mucho más repartidas y yo soy más musiquero. He visto bastante cine, pero con un sentido más lúdico.

-¿Qué película vasca recomendaría?

-La última que he visto es 'Irati'. Me interesa mucho el fenómeno Paul Urkijo porque tiene una concepción de la mitología vasca que favorece nuestra autoestima colectiva. También me ha marcado mucho 'Maixabel' en el plano personal. Pero mis elecciones varían mucho en función del humor.

-¿Su director iraní favorito?

Jajaja. Con eso he vacilado mucho a Félix. Soy más 'mainstream'. He crecido en los años ochenta y noventa y estoy más vinculado al imaginario Hollywood que a cualquier otra cosa, incluso el cine europeo.

-¿De qué película quiso huir, pero ya era demasiado tarde?

-De 'Titanic'. Tengo un recuerdo del final, cuando salimos del cine y veíamos a la gente devastada con lloreras del carajo. Tras ver el primer tráiler pensé que era un relato sobre el barco y lo cierto es que la historia del amor se lo traga. En cierto modo, me aburrió y me habría ido del cine. Luego la he visto como media docena de veces y le he pillado el punto.

-Dada su afición a correr, suponemos que 'Carros de fuego' y 'Marathon Man' se hallarán entre sus títulos preferidos.

-Me gusta correr, pero no soy tan masoquista como para ver películas de eso. Soy muy de cine bélico. Me flipa 'Salvar al soldado Ryan', la he visto doce o quince veces, y me gusta contemplarla sabiendo los diálogos de memoria.

-¿Cómo puede competir un programa de cine con en una cadena generalista con las plataformas y los canales especializados?

-A medio plazo no podemos. Hay un cambio en los consumos que afecta a gente de 50 años para abajo. La tendencia es salvar 3 o 4 contenidos y ver a la carta. También lo sufrimos ahora en la radio con la entrada brutal de los podcast. Quedarán reductos de televisión pública pura y dura que salvarán muchos ciudadanos porque tendremos una población envejecida. De ahí que el reto sea mastodóntico porque 'La noche de…' es un producto de televisión pública en el sentido más estricto.

-Este vaticinio parece de cine de catástrofes de los años ochenta.

-Nos pasa a todos, también a la prensa escrita. La imagen del señor con la barra y el periódico bajo el brazo es cada vez menos frecuente. Todos sentimos cómo se mueve la tierra debajo de nuestros pies. Me pregunto qué pasará si no cuidamos nuestros programas. Si no asumimos esa responsabilidad, esto va a ser la selva y el resultado, una sociedad menos educada.

-¿Se ve otros 28 años al mando de 'La noche de…'?

Ni por el forro. Yo aprenderé mucho de cine, pero no seré un prescriptor como Linares. ¿Veintiocho años, semana tras semana, sin descansar siquiera en agosto? Es irreal intentar emularlo.

-¿No le ha tentado el cine?

-Nunca me ha llamado la interpretación. Gracias a Koldo Serra participé en 'Caminantes', una serie de terror en la que hacía de reportero. Me di cuenta que la vida de los actores es durísima, con una gran exigencia física y mental. Si alguna vez me hicieran una oferta me lo pensaría.

-¿Pero hay algún papel que le gustaría interpretar?

-Sí, a mí me molaría salir en una película de terror y que me mataran de una forma salvaje y atroz. En el videoclip de la canción 'Se pierda el miedo' de Bizar, destinada a visibilizar el trastorno autista, hago de Michael Myers, el asesino de 'Halloween'.

-¿Hay un camino de vuelta entre entretenimiento e información?

Dar una noticia me sigue poniendo mucho. Ahora viene una campaña electoral, pienso en la noche electoral del 28-M y me late fuerte el corazón. También es muy emocionante enfrentarse al dato del audímetro, saber si has interesado y gustado. La verdad es que si me veo haciendo entretenimiento en televisión, pero no en radio, y creo que se me haría difícil vivir sin dar noticias. En fin, intentaré encontrar el equilibrio.