«La comedia es mejor verla en grupo porque la risa se contagia»

- Sorpréndanos con una secuencia de humor.

- Me encanta el cine, sobre todo la comedia, desde 'El verdugo' hasta 'Ice Ventura 2', así que la selección que presento es muy heterogénea. Elijo una de 'El verdugo' en la que la pareja protagonista está en la Casa de Campo gozando de un picnic, uno de sus escasos momentos de felicidad. Bailan al ritmo de la música que proviene de la radio de sus vecinos y estos, cuando se percatan, recogen y se van. Es muy España cañí, de lo mío es mío.

- ¿Usted es cinéfilo o cinéfago, el término que inventó un famoso adivino?

- Devoro cine, al menos una película al día, pero generalmente tres o cuatro. No tengo otra afición, además de beber cerveza, en suma, me seducen los placeres sencillos. Muchas las contemplo por épocas, las recuerdo y vuelvo a ver, como me ha ocurrido con 'Heat' de Michael Mann o 'Drácula, de Bram Stoker' filmada por Francis Ford Coppola.

- ¿Cómo ve el cine? ¿Cómo aficionado o como profesional?

- Como un mero espectador, soy muy fan y me dejo llevar. Ahora bien, cuando las veo muchas veces, como me sucede con las de Stanley Kubrick, ya me fijo en cómo han rodado las secuencias.

- ¿Nunca le han dado ganas de arrojar la lata contra la pantalla?

- No, respeto todas las películas, incluso las malas. Soy muy compasivo porque sé lo difícil que es hacerlo y, además, puedo disfrutar de las peores.

- ¿La vena cómica viene de serie o uno puede alterar el sistema arterial y venoso para conseguirla?

- He conocido a cómicos de comedia natural y otros sin gracia personal que son muy currantes. En el 'stand up' tienes que escribir chistes, el buen profesional es muy trabajador, escribe y crea y no importa tanto si le brota espontáneamente. Claro que si tienes ese don y lo explotas, eres la ostra. Fernando Fernán Gómez decía que la comedia natural era muy fácil o imposible, una frase que te hace pensar.

- Parece muy complicado escribir de humor en frío, en la soledad de tu casa.

- Tiras de trucos y técnicas y desarrollas cierta intuición para descubrir lo que funciona o no. Lo que ocurre es que, cuando lo pruebas sobre el escenario, suelen fallar cosas que pensabas que iban a funcionar y al revés.

- Se dice que la comedia es un género menor, pero las películas españolas que mejor funcionan en taquilla son de humor.

- Se tiene como un género menor en todas partes. En los Oscar es raro que se premie y en los Globos de Oro se creó una categoría especial porque si no, no se lo daban.

- ¿Necesitamos la risa?

- Sí, la necesitamos y la comedia es ideal para ir al cine, mientras que el drama y el thriller los podemos consumir en casa. Resulta mejor verla en grupo porque la risa se contagia y te ríes menos en la soledad de tu casa.

- Hay cómicos que amamos y seguimos fielmente y otros que detestamos. ¿No hay término medio?

- Es que esto del humor es muy personal y el tipo no te entra y ya está. Will Ferrell y Adam Sandler, estrellas de la comedia en Estados Unidos, no gustan fuera de su país.

- Joaquín Reyes, Pablo Chiapella y usted son de Albacete. ¿Es una ciudad tan surrealista?

- Es una ciudad pequeña, tranquila y con muchos bares, pero poco más, así que tuvimos que inventar la manera de pasarlo bien.

- ¿Su objetivo es que a los 70 años le adjudiquen un papel dramático en una película, le concedan el Goya y el Palacio de Congresos se venga arriba cuando suba a recogerlo?

- No. Yo hago comedia, género muy complicado, y cada día aprendo algo. No tengo la ambición de convertirme en alguien serio, que es muy aburrido. Me gustaría levantar una película en la que no se pare de reír.

- Ha estrenado 'Pobre diablo', una serie de animación sobre un diablo sin vocación de malvado y amante de los musicales. Recuerda a 'Balas sobre Broadway'.

- La historia se desarrolla en Manhattan, aunque no tenía esa referencia. Es un diablo que no acepta su destino, como Michael Corleone que se negaba a seguir el negocio familiar.

- El fracaso de un espectáculo de humor ha de ser terrible porque resulta evidente.

- Es terrible, te destroza. Cuando no entra el tercer chiste que sueltas ya es posible que ninguno más lo consiga. El público sufre por ti y ese sentimiento le impide reírse. Esa noche te vas a casa directamente y te acuestas. El fracaso puede generarte miedo escénico, es muy frecuente al comenzar.

- ¿Dónde acaba el mal gusto y empieza el delito de odio?

- Un chiste no puede ser un delito, aunque sea horrible, de mal gusto. Me parece un disparate que por un chiste te pongan una multa o te cancelen. Si el humorista se equivoca, ya tiene bastante con el ridículo que hace, la humillación de quedar como un idiota.

- ¿El monólogo acabó con el chiste?

- Yo sigo contando y oyendo chistes en el bar, pero es cierto que los cuentachistes han desaparecido, sustituidos por los monologuistas. Hoy, la gente que acude a los teatros espera otra cosa.