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La cocinera jubilada bilbaína que alucina con su cita en 'First Dates': «Los pantalones no estaban muy limpios...»

Lourdes trabajó 31 años en Bermeo pero ahora vive en La Rioja; allí dedica gran parte de su tiempo a su afición de andar y bailar

Viernes, 13 de septiembre 2024, 10:58

El programa de citas más famoso de la televisión emparejó el pasado miércoles a una bilbaína, que trabajó como cocinera en Bermeo durante 31 años, y un jubilado navarro de 72 años, y la cosa no fue demasiado bien. Carlos Sobera intentó hacer de cupido, pero de primeras la conexión entre ambos fue inexistente. «Cuando le he visto no me ha gustado porque no venía vestido acorde a la situación: los pantalones no estaban muy limpios», argumentó de primeras la propia Lourdes. El, por su parte, tampoco sacó una grata impresión de ella y fuera de cámara lo justificó: «De cara es muy mona. No tengo nada en contra de la gente que está un poco…, pero pesará 120 kilos fácil».

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La cita de 'First Dates' comenzaba con dudas entre los comensales pero siempre manteniendo la cordialidad. Lourdes se presentaba como una cocinera jubilada de Bermeo que ahora residía en La Rioja. Se declaraba amante de la playa y descubría el andar y bailar como dos de sus grandes aficiones. Jesús, por el contrario, rechazaba la playa porque «la veo demasiado masificada» y los paseos: «El hombre no está hecho para hacer deporte, va en la forma de los hombres». Al menos, aceptó lo del baile. «Bailar, bailo lo que quieras», le dijo a Lourdes.

La cosa iba cada vez peor y cuando salió el tema del matrimonio, Lourdes alucinó con su cita. La bilbaína confesó que estuvo casada durante 31 años hasta que optó por divorciarse: «Aguanté demasiado», reconoció. Jesús no se cortó y expuso su particular visión del matrimonio: «Los solteros son raros, pero los casados… son fake». Ella no dio crédito a lo que oía.

Uno de los momentos más llamativos de la cita tuvo lugar cuando Lourdes optó por compartir sus recientes problemas de salud. «Me quiero ir a vivir a Benidorm. Soy de playa. Y llevo cuatro meses encerrada en casa porque me rompí recientemente la pierna y luego el brazo», le contó. Lo que no esperaba Jesús era conocer el amplio historial de intervenciones al que se había sometido su soltera: «He tenido 25 operaciones. Y eso que soy de Bilbao», desveló ella, sonriente. Él, fuera de cámara, pensó que exageraba.

El resultado de la cita fue el esperado; un fracaso. Ella lo resumió perfectamente al final: «No hay nada que me haya gustado de Jesús».

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