«Prefiero decir mi edad y que me digan qué bien estás, a no decirla y que digan qué mayor», afirmaba con rotundidad y una sonrisa cómplice Carmen Maura ante un embelesado Pablo Motos. La actriz de 78 años está perfecta y derrocha energía. El 'truco' para mantenerse en forma, «hago pesas y también aquagym», desvelaba. Quizá otro de los secretos de la buena salud de la veterana intérprete es el trabajo. «Es que nunca he parado y, además, nunca he sido exquisita. También he hecho películas malas. Sirvo igual para un roto que para un descosido. Siempre he pensado que es mejor estar trabajando que parada, porque si no, te deprimes», declaraba.
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La actriz acudía a 'El Hormiguero' para presentar 'Mi otro Jon'. «Estoy muy orgullosa de esta película porque se ríe y se llora, pero no se llora de pena, se llora de emoción, y eso es muy bonito», afirmaba de la cinta dirigida por Paco Arango. Además, se trata un rodaje benéfico. «Todo lo que se saque con la película es para la Fundación Aladina que se ocupa de los niños con cáncer y de sus familias, porque una cosa muy buena que tiene la fundación es que también se ocupa de los hermanitos y de los padres que entran en un mundo muy complicado para ellos», explicaba. Y dejaba claro que su confianza en el largometraje es total. «Yo creo que es una película que va a dar pasta, y eso es lo que más me gusta de las películas, lo digo de verdad. Me ha pasado desde pequeña, yo siempre quería ser taquillera, y me decía Pedro (Almodóvar), como de broma, 'vas a estar tú vendiendo entradas en la puerta, sí', y yo le respondía que quería ser como Lina Morgan, que iban autobuses enteros a verla. Es que me gusta ser negocio. Sobre todo, porque si da pasta, el dire puede hacer la siguiente, el productor está contento, los del bar de enfrente del cine… Todos», argumentaba. Su discurso lo remató con una declaración muy realista. «Si una película es muy bonita, pero no la ve ni Dios, pues… Y eso que yo he hecho copias para amigos cuando hago películas por ahí fuera», zanjaba.
Lógicamente, Maura ha asistido a numerosas premieres de sus trabajos, aunque ese momento no le gusta demasiado. «Estás con el equipo y tienes que disimular, y eso es un poco difícil, pero bueno, una es actriz. Yo ya voy sabiendo y, además, normalmente cuando acaba una proyección del equipo todo el mundo dice que está muy bien. Y cuando es con público, me pongo unos tapones en los oídos porque ver una película tuya tres veces… Me pongo los tapones, me quito los tacones y lo que me haga daño y hago meditación. Y cuando oigo que se acaba, me despierto y saludo. Siempre hago eso. Cuando se lo conté a Penélope (Cruz) no se lo creía. Es la única manera de que estés relajada».
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