Insinuaciones de prostitución, celos, cupones y otros líos de los Pantoja

Vayamos al jamón. La prima carnal de Isabel se prestó a irse de la lengua y la atendieron con mimo. «El testimonio es brutal y sobrecogedor porque dibuja a una mujer ambiciosa, egoísta, manipuladora y tremendamente perversa», adelantó el periodista. Y por ahí fueron los tiros. «Si su propio hijo ha abierto la veda, ¿por qué no voy a hablar yo?», se cuestionaba la invitada. Y empezó a largar. «Me tenía celos, cada vez que Paco (Paquirri) me decía cosas bonitas, a Isabel se le cambiaba la cara», argumentaba; dejando diáfano que los piropos los decía de forma inocente, sin ninguna intención. Al parecer, la folclórica llegó a comentar que si su marido siguiera vivo, «esta me lo acaba quitando», desveló la prima. «Creo que vive en un mundo paralelo a la realidad, la han endiosado desde niña», criticaba.

La razón de la ruptura entre primas se debe a la negación de Sylvia de hacerle los coros a Agustín Pantoja en una gira. «Cuando le dije que me iba a actuar con Chiquetete le sentó muy mal y me hizo la cruz», descubría la cantante que ahora vive en México. Y hasta allí llamaron los Pantoja para interesarse por su 'modus vivendi'. Fue Pepi Valladares, la ex mujer del chófer de Paquirri, la que desveló la intriga. «Han llamado al cuñado de Juan Gabriel (el cantante) para ver cómo te ganas la vida», avisó. La cuestión derivó pronto en insinuaciones de prostitución que enervaron a la invitada. «Si yo hubiera querido podría haber estado con los tíos más ricos de España o México y nunca lo he hecho. Se cree el ladrón que todos son de su condición», replicó la aludida. Y siguió atacando. «Me ha tenido celos como mujer y como artista», reprochó molesta, contando cómo Isabel le había puesto muchas trabas en su carrera artística. «Hice un disco precioso y fuimos a una radio a promocionarlo. No lo quisieron y cuando preguntamos por qué solo dieron excusas. Luego nos enteramos de que había sido mi prima», desveló. Y por eso la llamó «cobarde» y opinó que la tonadillera «ha sido una mujer lista que ha sabido sacar de su desgracia un provecho muy grande». No olvidemos que Valladares aseguró en el anterior capítulo que Isabel la utilizaba como 'mula' para sacar la pasta. Y Kiko Matamoros fue más lejos afirmando que la artista «tenía un amigo comisario en Barajas que le permitía pasar el dinero por el aeropuerto sin declararlo».

La guinda la puso Antonio Escámez, hijo de uno de los albaceas del testamento de Paquirri. Se supone que grabaron a la de 'Marinero de luces' poniendo a caldo a su marido y la cinta la escuchó el torero. «Hablaba mal de él, se quejaba de su forma de ser. Sus audios demuestran que Pantoja tenía muy pocos escrúpulos con su pareja», declaraba Escámez. Poco más añadió, «hay que ser precavido porque Isabel no está en una cama llorando, está rearmándose», dijo. Pero las posibles consecuencias tampoco le daban mucho miedo: «Tengo balas en la recámara». Los colaboradores insistieron hasta que descubrieron que la casete la tiene él a buen recaudo. Ya veremos si se escucha o no en las próximas entregas