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Un respiro nunca viene mal. La última gala de 'GH Vip' fue un remanso de paz comparada con sus antecesoras. Hubo conatos de bronca, sí, pero más fuera de la casa que dentro. Kiko Jiménez y Rocío Flores protagonizaron un tenso enfrentamiento que se ... diluyó pronto, gracias al sentido común de ella. Resulta que el colaborador de 'Mujeres y hombres y viceversa' dice ahora que la culpa de que Sofía Suescun se aleje de él la tiene la hija de Antonio David. Que malmete, según sostiene el joven. Y claro, la chica quiso responder a la acusación, que no acababa de entender, y él trató de buscar pelea, pero la templanza de Rocío y su saber estar evitaron la riña.
La que está fatal y no se amolda al formato es Mila Ximénez. «Ya he llegado al tope, no aguanto esta tensión», sollozaba la periodista derrumbada. La concursante no acaba de asentarse en el reality, «he caído en picado y no se si todo esto merece la pena», reflexionaba entre lágrimas. Jorge Javier Vázquez trató de animarla y ambos llegaron a la conclusión de que lo peor son «los despertares». Se ve que levantarse en casa ajena y rodeada de semidesconocidos no sienta bien a Mila. La llamada de su hija Alba parece que encauzó un poco su aventura. «Disfruta lo que estás viviendo, todo lo de fuera está bien, esta experiencia es única en tu vida. No lo veas como algo tan difícil. Tienes que superar retos, pero hazlo con sentido del humor», animó la joven. Y parece que sus palabras calaron hondo, a tenor de la reacción de la colaboradora de 'Sálvame' que prometió seguir intentándolo.
Irene Junquera fue la expulsada de la noche. Crónica de una eliminación anunciada. La comunicadora no ha dado mucho juego en esta edición, ya se sabe que mantenerse equidistante no puntúa en este desafío. Adara logró salvarse con un tanto por ciento muy alto de votos a favor y, más sorpresas, tampoco está nominada en esta ocasión. Los condenados por sus compañeros fueron El Cejas, Pol Badía y el Maestro Joao. Estela Grande ganó la prueba de líder (una carrera de sacos) y tenía el privilegio de sacar a uno de ellos del patíbulo y así lo hizo. La mujer de Diego Matamoros dudó, pero al final rescató al vidente, condenando de este modo a Alba Carrillo, que era la siguiente en la lista.
Por lo demás, Noemí Salazar sigue vestida de 'mueble', cosa que no le ha sentado nada bien: «¿Qué quieren que sea un payaso, un mono de feria…?», se cuestionaba la de los 'Gipsy kings' dolida; Antonio David se derrumbó al escuchar a su mujer, y desveló que le había pedido matrimonio en la parisina Torre Eiffel; a Joao sigue alimentando su 'culebrón' con Pol, aunque más relajadito todo –«parecen Epi y Blas», definió Jorge Javier-; y Alba Carrillo bromeó con su actual pareja, el presentador Santi Burgoa, al que el resto de concursantes rebautizó como Sergio, Pablo, Diego y hasta Serafín. Y así están las cosas. No hubo salseo. Fue una tregua que, a buen seguro, acabará pronto.
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