Ibáñez, siempre

Ibáñez fue el artista que mejor dibujó la España del desarrollismo con Pepe Gotera y Otilio y se vengó de sus años mozos trabajando en una sucursal bancaria con El botones Sacarino. Ambas cabeceras se convirtieron en series estrenadas en canales generalistas. 'Manos a la obra', basada en los chapuceros a domicilio, acumuló buena audiencia, aunque nada que ver con el brutal tirón de 'Aquí no hay quien viva', rebautizada 'La que se avecina'. Inspirada en el vecindario descacharrante de '13, Rue del Percebe', tan descontrolada comedia coral sigue en antena, y triunfando en streaming, haciendo las delicias de sus incontables seguidores.

Cuando pensamos en las adaptaciones de las páginas de Ibáñez a la pantalla nos vienen a la cabeza los dibujos primigenios de los superagentes de la T.I.A., o las versiones cinematográficas de Javier Fesser -'Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo' es la mejor-, pero la comedia televisiva patria bebe sin pudor de sus historietas. Con su particular sentido del humor y sus gags visuales, con la picaresca por montera, su arte entronca con el cine de Berlanga o José Luis Cuerda. Reconocidos creadores de hoy, como Santiago Segura o Álex de la Iglesia, mencionan sus tebeos como referencia creativa desde la infancia. En cada 'sitcom' autóctona hay algo de Ibáñez. No se pierdan 'Poquita fe'.