El beso y el llanto de Tamara Falcó en 'Masterchef Celebrity'

Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz cataron los platos a ciegas destacando el pichón que había elaborado con arte Tamara Falcó. Ser la vencedora le otorgo el liderazgo del juego de exteriores, que se celebró en la bodega Abadía Retuerta de Valladolid, y la capitanía casi vuelve loca a la hija de Isabel Preysler. Divididos en dos equipos, pero dirigidos solamente por Tamara, tenían que cocinar para 35 enólogos un menú diseñado por el chef Marc Segarra.

Boris Izaguirre y Félix Gómez competían de azul, mientras Vicky Martín Berrocal, Yolanda Ramos y Juan Avellaneda lo hacían de rojo. La capitana casi se vuelve loca con el ajetreo del desafío al ser reclamada constantemente por todo el mundo. Y en esa circunstancia se vivió el momento más divertido. La elaboración de un helado se les resistía y Jordi Cruz reclamó una atención especial de Tamara para echarles una mano. La joven rehusó al principio la oferta, pero al final cedió y regaló un beso al experto. El soborno surtió efecto y el postre salió a tiempo. «Jordi, ¿sabes que cada vez que me hablan de ti pierdo el conocimiento? Y después de ese beso casi lo pierdo también», bromeó ella ocurrente. «Eso es bueno, ¿no?», replicó el juez socarrón.

Con todo, y a pesar de quemarse los brazos varias veces y aguantar como una jabata, Tamara fue condenada a la eliminatoria junto a Vicky, Avellaneda y Félix. Boris y Yolanda se convertían así en los primeros finalistas de esta edición.

El ingrediente protagonista de la última prueba era la pasta fresca y el italiano Andrea Tumbarello, el ilustre asesor. Lo malo era que los 'delantales negros' debían enfrentarse a los temidos duelos. Boris tuvo el privilegio de escoger al primer duelista y se decantó por Tamara. La chica decidió enfrentarse con Félix y le venció con unos estupendos ravioli rellenos de requesón. El actor eligió batirse con Avellaneda y le ganó con un farfalle al pesto que elogió el jurado. La última batalla la disputaron el diseñador y Martín Berrocal. Unos garganelli con champiñones mal hechos condenaron al hombre, para disgusto de la gran protagonista de la velada, Tamara, que no pudo evitar el llanto al ver cómo se despedía su mejor amigo. Sonrisas y lágrimas en una entretenida velada a la que, una vez más, no le faltó el sabor.