Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Si hay algo que caracteriza a David de Jorge es la franqueza con la que plantea sus teorías y la socarronería con la que las expone. Martín Berasategui, siempre a su vera, se deja llevar en ese viaje donde impera el buen rollo, siempre y ... cuando no se hable de arroz. Porque cabe recordar que David se atrevió a decirle a Pablo Motos, en su última visita a 'El Hormiguero', que no tenía ni idea de hacer paellas. No era de extrañar que ambos acabasen de nuevo enzarzados en debates culinarios. Esta vez la cebolla causó debate. De Jorge aboga por ponerla en la tortilla de patata, mientras Motos prefiere esquivarla. «Dabiz Muñoz dijo aquí que mejor sin cebolla», opinó el presentador. «Es muy majo, pero es un lila, le envidia media España porque está con Cristina Pedroche y va a lo James Dean en un descapotable», bromeaba el invitado. Berasategui terció para proclamar que Muñoz es «un cocinero impresionante» y «cada uno hace la tortilla a su gusto». Asunto zanjado.
Berasategui y De Jorge han escrito a cuatro manos el libro 'Pan comido, Más recetas sin vergüenza', un volumen en el que los lectores podrán encontrar recetas prácticas para el día a día con mucho sabor y algo de cachondeo. Ensaladas, carnes, sopas, salsas, cremas y mucho más para ayudar al público a cocinar de forma sencilla, pero deliciosa. Ambos maestros de fogones son amigos desde hace décadas y han compartido anécdotas muy sabrosas. «Soy buena gente, pero me pierden las formas», se disculpaba De Jorge. Berasategui entraba de nuevo para ponderar a su amigo. «Es el más grande entre los grandes, lo que pasa es que es un vacilón increible», zanjaba.
El nombre de otros chefs salió a relucir en la amena charla. «Karlos (Arguiñano) es el tío más increible que conocemos, un fuera de serie. Ayuda a todos, no solamente a los cocineros. Es algo infinitamente más importante que un chef», decían a dúo sus colegas. La pareja lleva tres décadas unida, «es un viaje que no se puede ni contar de lo bonito que ha sido. Él me ha cambiado la vida», aseveraba Berasategui refiriéndose a De Jorge.
Un regreso al pasado descubrió que Martín hizo lo imposible en sus inicios para volcarse en los fogones. «Suspendí diez asignaturas cuando estaba en Lecaroz, en un internado. Lo hice adrede para que me expulsaran y empezar a aprender en cocina. Le pedí al padre Chapas que hablara con mi madre y mi tía para convencerlas. Y sigo aprendiendo 47 años después», confirmaba. Los comienzos de David también tienen miga. El fenómeno quería presentarse a un certamen, pero no tenía la edad necesaria para ello. «Me apunté al Campeonato del Mundo, que se celebró en Lyon, y Martín falsificó mis papeles. Y gané dos veces. Le gané a Joan Roca y a Andoni Luis Adúriz», afirmaba.
Los especialistas vascos no dudaron en promocionar su tierra. «San Sebastián es ahora mismo la capital gastronómica del mundo y ser chef allí es muy importante porque vivimos la comida de una forma diferente y de todo eso ha salido gente joven que viene con una frescura y con una rapidez que nosotros no teníamos a esa edad. Y trabajan tanto como nosotros. Tenemos una juventud que es el presente y el futuro de la cocina española», concluyó.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.